Kaixo, ayer, 24 de diciembre fuí a dar una vuelta por Adarra, había que empezar a echar todo lo trasegado estos dias y dado la tarde que hacía no me pude resistir.
Ni una nube, airecillo sur, eché el forro a la mochila, la linterna y hacia allí me fuí.
Algún coche en Besabi, empecé a subir la cuestecilla, casi sin darme cuenta, de memoria ...
Ésto es lo que vi.
Las hayas ya no tienen hojas.
Desde el colladito veo la misma y siempre distinta vista, hacia Ernio, Izarraitz ... las neblinas del valle a estas horas.
Sigo ya metido en plena cuesta, los colores van cambiando según va cayendo el sol, no hay nadie, no se oye nada.
Distingo Donosti allí al fondo.
Sigo subiendo, todavía veo y oigo algún pajarillo que desaparece rapidamente, ya es tarde para él.
Casi en el collado el sol aparece entre las hayas.
Al ratillo llego a la cima, hay dos personas en la cima, hablando, es lo único que se oye.
Hay colores especiales, todavía algo de nieve en los montes del fondo ... airecillo sur, ya fresco, a gusto ...
Adarra da sombra en los valles por debajo de Aiako Harria y Larun, poco a poco la luz va desapareciendo.
Me voy a las rocas al otro lado del colladito, me apetece no oir nada, todo para mi ...
La cima de Adarra, estoy sentado un ratillo, sólo el rumor del aire se nota ...
Me despido del sol.
Aunque no quiero, tengo que bajar, entre esos suaves colores. Que gozada.
Bajando la cuesta veo Ernio entre el hayedo.
Sin querer, la luz va desapareciendo pero, a su vez, aparecen otros colores sobre Jaizkibel.
Estoy en la oscuridad pero todavía puedo ir bajando, hay una luz especial, no se oye nada ...
Que cosa tan bonita, tanto anocheceres vistos pero siempre son distintos, con distintos sentimientos ...
Izarraitz aparece entre los alerces.
Al final de la cuesta Aballarri, entre preciosas luces, se quiere despedir de mi.
La penumbra me deja ver esta bonita zona del collado, a partir de ahora me tengo que meter en el bosque, poco vería ya.
Ya en el bosque aguanto todo lo que puedo sin ponerme la linterna, casi a oscuras me oriento por la erreka, el sendero ...
casi me se el camino de memoria.
El agua de la erreka me ilumina por donde tengo que ir.
Las luces de los pueblicos ye se han encendido, no he visto a nadie, sólo me oigo a mi y la linterna me ayuda.
Casi abajo distingo más pueblitos, a mi alrededor no hay nada, sólo oscuridad.
Es una sensación agradable, casi estoy abajo, oir el suave airecillo, tranquilamente ... las lucecillas de los pueblos ...
De repente, al pasar por el baserri Montefrio, oigo una acordeón, están cantando con Olentzero, nunca había notado esta sensación, en la oscuridad oía a gente cantar, el sonido de la acordeón ... nada más ...
Veo la luna allá arriba y el final del anochecer.
Llego a Besabi, un par de coches esperando a sus dueños, no hay nadie, ya no no oigo los cánticos, vuelvo a no oir nada ...
Suerte tengo de haber podido andar por estos lugares a estas horas ...
Luego en la cena con toda la familia, a nadie dije nada, nadie iba a entender por dónde había estado ni lo que había notado ... en Adarra ? otra vez ... ?
Agur.