Kaixo, el 5 de junio fuimos al Auza Gaztelu, una fortaleza para el control de mercancías entre Gipuzkoa y Nafarroa y cuando todos estos territorios pertenecían al reino de Navarra.
El tiempo con nieblas no nos impidió subir allí arriba, en el macizo de Aralar.
Salimos de Larraitz, pocos coches con lo que creía que iba a ser.
Un verde impresionante ayudaba a andar por la pista.
El bonito hayedo todavía no estaba cerrado por la niebla pero sabíamos que por ahi arriba andaba.
Llegamos a la erreka Aitzalde con el Puente Zapata.
El bosque solitario, no nos encontramos a nadie.
Las hayas marcan el sendero por el que tenemos que ir.
Una Amapola Amarilla (Menocopsis cambrica).
Llegamos al fuente de Errekonta, cuantos años bebiendo de su agua ...
El collado de Errekonta, aquí la niebla lo invadía todo lo que le daba otro encanto a estos lugares.
El contraste de las vacas, aparecieron de la nada, con sus sonidos de los cencerros.
La niebla iba y veía dejándonos ver, de repente, el origen de los cencerros que apenas unos segundos antes sólo oíamos.
Andando y disfrutando nos pusimos encima de las txabolas de Ausokoi, otro lugar perfecto.
Entre nieblas, una gran tanquilidad.
Íbamos dejando abajo las txabolas.
Nos dimos cuenta de que estábamos arriba al ver esta roca labrada, estábamos en la base del Castillo.
En la cima la bandera de Nafarroa y el buzón.
Un ratillo arriba para picar algo, no veíamos nada pero adivinábamos por dónde estaban los montes de alrededor.
A empezar a bajar vimos este rebaño, ellas nos decían por dónde quería bajar, hacia el norte.
Justo estábamos en la zona en la que la niebla dejaba ver el sendero hacia Errekonta, entre las rocas.
Un precioso sendero.
Entre las rocas para llegar al colladito y bajar a Errekonta.
Llegamos a Errekonta, vimos un grupo de gente, iban a otros lugares.
Junto al sendero bajaba bastante agua por la erreka.
A medio camino nos cruzamos con un gran rebaño que subía a los pastos de altura de Aralar.
Nos quedamos quietos, había muchas ovejas y queríamos dejarles pasar tranquilamente aunque era algo difícil.
El sonido de los cencerros en el bosque era grande, nos dimos cuenta de que era el mismo sonido que oíamos desde la cima del Auza Gaztelu.
Viendo que les tapábamos el pequeño sendero decidimos bajar despacio unos metros para que subiesen más anchas.
Despacio bajamos entre ellas hasta que que les dejamos un paso mas ancho.
Por aquí ya había más sitio para todos pero, aún así, alguna se asustaba, intrépidas ovejas ...
Dentro de unos dias supongo que las volveré a ver en algún rincón de Aralar, por ahí arriba ...
Al final del rebaño venían los carneros y recogiendo todo, los pastores..
Seguimos por la bonita calzada, volvió el silencio, algún pajarillo ...
Y el preciso bosque de hayas, limpio, limpio.
Una gozada, después del rebaño volvemos a quedarnos sólos.
Una preciosidad de verdes.
Y, para acabar con regalo, la niebla nos deja ver el Auza Gaztelu, las ovejas se han pasad al otro lado del collado por el que hemos bajado y las vacas me muestran el sendero hacia Errekonta.
Y ésto es todo, una mañanera muy bonita con lugares agradables con la compañia de las nieblas.
Sólo queda una cosa, el tintorro y el excelente pintxo de carne en Larraitz. Perfecto.
Agur.
El track y más en:
Increíbles fotos con el verde tan luminoso y esos bosques de leyenda... Curiosa y bonita anécdota la del rebaño, una maravilla de reportaje, gracias Andoni.
Kaixo Belen, gracias, éso es lo que hay.
Ya nos veremos, aio.