Kaixo, 10 de diciembre del 2023, ayer, día 9, salimos de las 4000 islas en Laos para, en barco, llegar al muelle de Nakasong e ir en furgoneta a la frontera con Camboya.
Salimos a las nueve y media de la mañana.
En la frontera pues lo de siempre, eso significa perder el consiguiente tiempo para hacer papeles, pagar visados, fotos y pasos de pasaportes de mano en mano.
Cogemos todos los bártulos y cambiamos de furgoneta ya estando en Camboya, nos disponemos a seguir el viaje, pero hay varias paradas, el conductor cambia una rueda trasera, echa gasolina, limpia la furgoneta con una manguera en casa de su madre y va al trabajo de su hermana que ya no me acuerdo para qué.
Cruzamos los ríos Sekong, en la provincia del mismo nombre, y el Mekong.
Las carreteras de Camboya son peores que las de Laos y tardamos bastante, hay que parar para comer unos bocadillos.
Sobre las seis de la tarde llegamos a Siem Reap muy cerca del complejo de Angkor.
Por aquí seguimos.
Y llega el dia 10, tenía ganas de ver Angkor y sus templos.
Hoy hay que levantarse pronto, hace calor y cuanto antes empecemos antes acabamos.
A Angkor van multitudes, sólo ver el montaje de las taquillas asombra por la cantidad que hay y la rapidez, todo automatizado, no se cuela ni San Pedro aunque tenga llaves.
Es enorme, hoy veremos una pequeña parte, lo más cercana a la entrada.
De Siem Reap hay poca distancia, iremos a la entrada y a Angkor Wat, el templo más reconocible.
Está todo bajo bosque tropical.
Tenemos que cruzar el canal que rodea el complejo de Angkor Wat y ya vemos los primeros edificios.
Angkor Wat era mucho más grande de los que se aprecia ahora.
El imperio Jemer, que duró 500 años, se fundó en el S. IX hasta que en el S. XIV fue su declive, a casusa de inundaciones, superpoblación, deforestación, etc. como les ha pasado a otras grandes civilizaciones y nosotros seguimos sin aprender.
Toda la cantidad enorme de edificios que se ven es porque se construyeron en piedra, todo lo que había en madera ha desaparecido totalmente.
Se iban construyendo más y más palacios según las riquezas que tuviese el rey correspondiente.
Angkor fue dedicado a Visnú, aunque luego pasó a religión budista cuando el rey Jayavarman VII se convirtió en el S. XII.
En el S. XIV los tailandeses conquistan Angkor y a sus 100.000 habitantes, pero después de seis años la reconquista el príncipe jemer Soryotei que pasa a ser rey, pero poco a poco sus sucesores se van y la ciudad va desapareciendo entre la vegetación a partir del S. XVI, pero sólo se salvó el templo de Angkor Wat porque lo habitó un grupo de monjes budistas que lo cuidaron.
El foso tiene más de 1,5 km de largo y 190 metros de ancho, aunque no lo parezca.
Al fondo ya se ven las cinco cúpulas de Angkor Wat.
Mientras llegamos a ellas vemos unas enormes estatuas de serpientes "Nagas", divinidades hindúes, en una de las entradas.
Llegamos a los muros exteriores del templo.
Hay pequeñas salas donde muchos peregrinos hacen ofrendas al dios hindú Vishnu.
Todas las paredes están bellamente trabajadas.
Los bajo relieves de bailarinas "Apsaras" son realmente encantadores.
Esta es la única que enseña los dientes.
Hay miles de "Apsaras" en Angkor, con diferentes estilos de trajes, peinados y coronas.
El trabajo en piedra es sorprendente.
Hay varias bodas de los más variopinto.
Una vez pasado el muro exterior hay otro paseo hacia los templos de Ankgor Wat, es espectacular, tengo que imaginar todo esto lleno de elefantes, bailarinas, gentes con los más diversos trajes ...
Al fondo se ven tres cúpulas de las cinco que hay.
Serpiente Naga, la cobra de 7 cabezas.
La primera entrada ya la hemos dejado atrás.
Entramos en el claustro, está llenos de antiguas estatuas y tallas.
Bonito lugar para sacar fotos de recuerdo.
Hay muchos monjes budistas.
Pulsa en la foto para verla en grande.
Pasamos por dos pabellones llamados "Bibliotecas" aunque no se sabe a qué se dedicaban estos edificios.
Viene montón de gente y, de paso, se fotografían todos juntos en las dos piscinas que hay a cada lado del paseo.
Angkor Wat reflejado en el estanque, no hay nadie, increíble.
El foso está lleno de nenúfares.
Hay varios estanques siempre vigilados por las "Nagas".
Venimos de allí al fondo, las medidas son enormes.
Las galerías del recinto amurallado donde está el bajo relieve más grande del mundo y bordea el templo de Angkor Wat por dentro de estas galerías.
Estamos en el bajo relieve mayor del mundo, tiene 3,6 kilómetros de largo y en dónde se ven escenas de las más variadas.
Es la historia y mitología del imperio Jemer.
Nos podemos pasar horas viendo estas historias.
Escenas de guerra con soldados y sus escudos y lanzas.
Soldados del imperio Jemer.
Se les ha ido el color, pero, aun así, son magníficos.
Llevando al rey.
El pasillo en dónde están los bajo relieves y, además, a la sombra.
Antiguamente estaban pintados de colores, sobre todo rojos, marrones y oro.
Escena de una audiencia real conmemorando la batalla del rey Soryavanam II.
Los árboles son increíbles de bonitos.
Un ejército con dos personajes montados en caballos.
A lomos de grandes elefantes en la batalla.
Agni, el dios del fuego con varios brazos encima de un rinoceronte, su montura habitual.
Todos estos grabados de batallas, leyendas, mitología forman parte del Mahabharata.
Fuera del pasaje veo más templos.
Y unos parques excepcionales.
Encima hay varias cúpulas, es asombroso la cantidad de piedra que se tuvo que usar.
Tienen cuatro torres en cada esquina llamadas "Gopuras", estas torres son típicas de los templos de Angkor y otras partes de Asia como India, Sri Lanka ...
Las escaleras de acceso tiene una gran inclinación y llevan al anterior de un enorme templo.
Aunque para sacarse la foto no se notan las escaleras.
También hay bonitos bajo relieves de "Apsaras", las diosas celestiales.
Cualquier rincón es bonito para sacarse la foto.
Al subir las escaleras vemos un paisaje increíble rodeados de otros templos.
El muro interior que rodea al templo.
Rodeados de selva tropical, a la tarde, cuando vayamos a ver el templo de Ta Prohm, nos daremos cuenta del tamaño de los árboles.
Curioseamos por dentro.
La piedra está bastante desgastada, pero, aun así, se distingan muchas figuras.
Se ven muy bien los trabajos de los techos.
Es increíble la cantidad de canteros que tenía que haber.
Desde el suelo no te imaginas la cantidad de edificios que conforman este templo.
De repente, aparece una imagen de Buda, en este momento no hay nadie.
Naga protegiendo a Buda.
Seguimos recorriendo este templo.
De vez en cuando, aparece otra imagen de Buda.
Las paredes están totalmente decoradas con preciosos bajo relieves.
Estamos rodeados de selva.
Me encuentro con varias estancias con estatuas de Buda.
Hay que seguir paseando.
Descubro techos con pinturas originales, tenía que ser fabuloso todo coloreado, lleno de gente con sus fantásticos trajes ...
Salimos al exterior, a veces, en algunos recintos cerrados es agobiante la sensación de "pesadez" entre tanta piedra que parece que se va a caer encima.
Muchas familias visitando los distintos templos de Angkor Wat.
Los leones a los que les falta la parte posterior de la cola, estas piedras eran de bronce y por eso se robaban.
Nos vamos alejando de los principales templos.
Al ir hacia la salida veo cosas que no me había dado cuenta antes.
Las torres de Angkor.
El puente para atravesar el foso que rodea al templo siempre está con gente.
El enorme foso exterior, ¿estaría lleno de cocodrilos?
Cientos de turistas del país y de otros cercanos.
Enormes figuras de una Naga y un león, también la faltaba la piedra de la cola.
Una gran Naga.
Nos vamos de Angkor Wat para ir a visitar otro templo, el de Bayon, pero antes hay que hacer una parada para comer en uno de los múltiples bares que hay por aquí y con una cervecita fresca que hace calor.
Ya con el cuerpo dispuesto a seguir viendo cosas nos disponemos a entrar en el templo.
Unas figuras que dan miedo vigilan la entrada.
Es de finales del S. XII y creado en estilo budista por el rey hinduísta Jayavarman VII ya convertido al budismo.
Una de las múltiples caras de este templo.
Es una preciosidad con sus 54 torres, aunque algunas ya se han desmoronado.
Al principio se llamó "Jayagiri" o "Montaña de la Victoria", más tarde "Templo de Banyan" y de aquí pasó a llamarse "Bayon".
Tiene soportes para que no se desplome.
Unos delicados bajo relieves de "Apsaras".
Hay que meterse a curiosear.
Pequeñas estancias con imágenes de Buda.
Me meto por estrechos rincones, la cantidad de piedra tan compacta me aprieta entre las estrechas paredes.
En las torres se distinguen, aparte de leones y "Nagas", dos grandes caras.
Hay una por cada cara de la torre.
Es como un laberinto andar entre sus estrechas calles.
Viejos templos con sus torres y sus correspondientes caras casi siempre con una mueca de sonrisa.
El templo, tal como está hoy, no es el original pues ha sido modificado y ampliado durante siglos.
Los reyes posteriores lo remodelaron según su religión, por eso hay imágenes tanto budistas como hindúes.
Pasillos totalmente decorados con escenas de la cultura del imperio Khmer (Jemer).
Está construido en el centro de la ciudad real de Angkor Thom, en dónde están todos los templos incluido Angkor Wat.
Me pierdo entre sus múltiples rincones y estrechos pasadizos, una maravilla.
Con caras esculpidas que aparecen de repente.
Es de los más bonitos de Angkor.
Con los estanques reflejando las torres.
Fue el último templo construido en Angkor y estaba destinado a representar el monte Meru en la tierra.
Meru es una montaña sagrada y dorada que está en el centro del universo y es el eje del mundo según la mitología hindú.
Aparte de ser el nombre de un volcán, en Tanzania.
Se distinguen varias caras, mirando a cada uno de los puntos cardinales.
Aunque no tiene ni foso como otros monumentos del complejo hay un estanque donde se refleja el templo con sus cúpulas y caras.
Al principio había estructuras de madera, pero no han resistido el paso del tiempo.
También tiene multitud de bajo relieves con preciosas tallas.
Todavía no se sabe qué representan las caras, pueden ser budistas o hindúes, o, a lo mejor, del rey Jayavarman VII sonriendo a sus súbditos ...
Es increíble la sensación que da de densidad, peso ...
El templo con sus torres imita los picos de la montaña sagrada, el Meru.
A cada lado siempre hay las inquietantes caras.
Veo cinco caras, no todas las torres tenían cuatro caras.
A lo largo de los años se han atribuido, sin nada definitivo, a Brahma, la deidad hindú de varias caras, creador del Universo y que vigila el monte Meru.
También a otra importante deidad budista, Bodhisattva Avalokiteshvara, y que tiene varios rostros.
Lo mejor es que sigue el misterio.
Me ha gustado mucho este templo. pero nos vamos a ver otro que está cerca, no en moto, si no en bus, estamos a un kilómetro de Angkor Wat.
El templo de Ta Prohm.
Fue construido al final del S. XII hasta que en el X. XVI se abandonó desapareciendo entre la vegetación de la jungla y las impresionantes Ceibas.
También hay cientos de figuras esculpidas en las paredes.
Las raíces que parecen que se van a "comer" todo lo que encuentran.
Es de religión budista edificado por Jayavarman VII en honor a su madre, Rajavihara y dedicado a Prajnaparamita, el símbolo de la sabiduría en el budismo.
Posteriormente fue ampliado hasta el S. XV.
Tuvo hasta 12.500 habitantes, 20 sacerdotes y más gente de todo tipo que prestaban servicios.
Pero lo que más llama la atención son los enormes árboles que, poco a poco, se van comiendo los restos, realmente dan miedo.
Los muros van consiguiendo resistir
No se ha reconstruido del todo, se decidió respetar a los árboles y con ellos se ha quedado, lo que le da otro aire de misterio, una lucha entre la selva y las piedras.
Ta Prohm es uno de los más grandes construidos en el imperio Jemer, tenía un muro exterior rodeándolo de 1000 metros por 600 con foso.
Cuadrilla de guiris.
Por todos lados se ven grandes Ceibas.
Los templos son muy bonitos, a éste le han respetado.
A esta imagen de Buda le han quitado la cabeza.
Los techos dan una sensación compacta y las piedras están encajadas.
Estos templos están hechos arenisca, lateríta y ladrillo.
Los pasillos están totalmente grabados.
Multitud de imágenes de Apsaras.
Parece que tienen vida propia.
Es como un pulpo gigantesco.
El interior de las torres del templo, me recuerdan a otros lugares ...
El lugar es impresionante.
Dentro de poco no se podrá entrar.
Hay preciosas torres con una decoración fantástica.
Toda la piedra trabajada.
Desaparecerá.
Son unos árboles de enorme tamaño.
Que se va comiendo todo lo que encuentra.
Hay zonas que han limpiado, que cosa más bonita.
Un increíble "Kraken" arrastrándose por el muro.
Por los atrios ya empieza a verse tentáculos, ha estado abandonado durante 400 años y los árboles han aprovechado el tiempo.
Mientras todavía van resistiendo hay que aprovechar para ver las distintas imágenes en las paredes.
El lugar es fabuloso rodeados de esas torres, tuvo hasta 39.
A estas horas de la tarde los tonos son muy bonitos, una gozada.
La altura que cogen es enorme.
Rápido que nos comen las Ceibas.
Parece increíble como se va apoderando de toda la naturaleza.
Las pequeñas puertas, hay zonas que se han limpiado.
Pero en otras se ve como se ha desmoronado.
Rincones llenos de piedra, no se puede volver a reconstruir, pero la mezcla entre árbol y piedra es preciosa.
Gigantescos tentáculos.
Hay muchos andamios para aguantar los muros.
Una pena.
Los techos de los atrios son potentes.
Hay varios patios, vagabundear entre ellos da sensación de tranquilidad.
Antiguos grabados que todavía se distinguen.
Hay que seguir paseando despacio, despacio.
No se oye nada, es una sensación inigualable.
Vamos saliendo de los templos.
Por un hermoso paseo vamos a la salida.
Entre restos de viejos templos.
Fue descubierta a mediados del S. XIX por el francés Henri Mouhot totalmente cerrado por la vegetación.
Todo el suelo está bajo enormes raíces.
Vemos diferentes grupos de monjes budistas.
Y, una vez habiendo curioseado por este "templo de las raíces", vamos a otro también muy interesante, el templo Banteay Kdei.
Tiene un hermoso paseo hasta llegar al propio templo.
En seguida llegamos, vemos como la ventana está sujeta con maderas.
Perdido en medio de la selva, aunque dentro del recinto de Angkor Thom.
Parece que está en el mismo lugar de otro anterior del s. X.
Lo construyó Jayavarman VII y su sucesor.
Tiene cuatro torres (Gopuras) y estaba rodeado de un foso.
Es un templo tranquilo y con poca gente.
A escala con el árbol parece de juguete.
Las torres están llenas de grabados.
Me meto por los diferentes patios llenos de figuras de Apsaras.
Este templo no es muy concurrido y hay que aprovechar.
Algunas torres están sujetas con cinchas.
Sin querer llego a otros patios con las paredes totalmente esculpidas, en estos pequeños lugares parece que estoy en un laberinto sin salida.
Entre pasillos me encuentro con más bajo relieves, ¿cuántos miles habría en Angkor ...?
Je, je.
Templos que todavía no han sido comidos por las ceibas.
Una estatua de Buda para echar unos rezos.
Vamos saliendo del templo rodeados de leones a los que les falta la piedra de la cola, se robaban ya que eran de bronce.
Parece que las raíces tienen vida.
Mientras nos dirigimos a la entrada el ruido de la chicharra es ensordecedor, hace calor.
La bonita salida del templo de Banteay.
Al salir y como punto final a la historia de los templos de hoy, la naturaleza me brinda un maravilloso anochecer.
Y nos vamos de este templo, muy bonito con muchos rincones preciosos y muy poquita gente.
Y esto es todo, ha sido un día muy interesante, estos templos son una maravilla, pero lástima que todo el resto, que era de madera, ha desaparecido.
Sólo me queda terminar el día con una buena cena y recomponer todo lo que he visto porque tengo el cerebro lleno de figuritas, caras y demás cosas.
Mañana seguiremos en Angkor viendo otro grupito de templos, más pequeños, más solitarios y un poco más alejados, pero siempre dentro del complejo de Angkor.
Agur.