Kaixo, el 26 de agosto fuímos a dar una vuelta por los montes de Izki, empezamos de Markinez y, de paso, ver unos eremitorios y unos grabados de la diosa Epona, o Épona, en la cueva de santa Eulalia.
Aunque por la mañana no hacía calor enseguida nos dimos cuenta de que luego iba a subir bastante la temperatura pero también íbamos a andar por grandes hayedos.
Salimos de Markinez (Marquinez), había neblina por encima que daba unos tonos muy majos.
Junto a la iglesia de Santa Eulalia y la Peña Askana dónde está la cueva con los grabados.
El río del Molino, acaba en el Ayuda, por el barranco de este río anduvimos a primeros de año, muy bonito.
Tenemos que hacer un poco de carretera pero no hay mucho coche.
Dejamos atrás Markinez.
A los pocos metros nos encontramos con una mujer con una gran llave, nos dice que acaba de abrir la ermita de San Juan Bautista, se lo agradecemos y vamos a verla, un bonito ejemplo de románico.
Se edificó en el años 1226.
Hay una inscripción dónde pone:
"HEDIFICATIO: HUIUS: TEMPLI: FUIT: FACTA: SUB: ANNO: D: OMNI: M: CC: XX: VI: NONO: KL: DECEMBRIS: IOHE: PETRI: EPO: EXISTENTE: IN: CALAGURRA: ET: REGNANTE: FERDINADDO: IN: CASTELLA: ET: M: ARCHIDIACONO: IN: ARMENTIA: ET: FORTUNIO: DE: MARQUINIZ: ARCHIPRESBITERO: IN: TRIVINIO: ET: GARSIAS: DE: PANGUA: MAGISTRO: IN: ARMENTIA: UT: VIDENTES: HOC: SCRIPTUM. ORENT: PRO: ANIMIA: EPI: ESPECIALITER: ET: OMNIBUS: BENEFACTORIBUS: HUIS: TEMPLI".
O sea qué:
"Este templo se edificó el día noveno de la calenda del mes de diciembre del año del señor 1226, siendo Juan Pedro, obispo de Calahorra y reinando Fernando de Castilla y siendo M arcediano en Armentia y fortunio de Marquínez arcipreste en Treviño y garcía de Pangua maestro en Armentia.
Para los que vean esta inscripción rueguen especialmente por el alma del obispo y por todos los benefactores de este templo".
En la entrada se ven hasta 8 canelillos pero muy sencillos comparados con los que vi, el otro día, en la ermita de San Pedro de Etxano de la Valdorba.
En los capiteles también hay figuras de caras.
Y, en la misma pared, dos ventanales muy bonitos.
En el interior hay un par de nichos sujetos por una columna.
El altar y el Juanito.
Al fondo hay cinco sillas muy bonitas.
De mucho colorido.
Sentado en una de ellas eres el amo del tema.
Hay una especie de claraboya en el techo para que entre la luz de forma determinada.
En el exterior un calvario.
Después de un ratillo curioseando nos vamos, ahí dejamos al Juanito.
Cerca de esta ermita hay unas sepulturas en piedra.
Un poco más adelante nos acercamos a unos eremitorios bajo una gran roca.
El lugar es precioso.
Seguimos entre campos hacia la Peña del Castillo con sus correspondiente cuevas artificiales.
En su parte superior había una torre de vigilancia cuyo parte de su muro todavía se distingue.
En 1967 Barandiaran excavó descubriendo una moneda de vellón de Alfonso I el Batallador por lo que, por lo menos, en el S. XII esta fortaleza ya funcionaba.
En la parte baja había unas par de construcciones que se unían con la alta por una escalera tallada en la roca que también servía para canalizar el agua de lluvia desde el tejado a un aljibe en la parte inferior.
El eremitorio de la parte baja.
Por su interior se comunica al exterior por otro hueco.
Desde aquí vemos el pueblo de Marquinez, el calvario de la ermita de san Juan y el primer peñasco.
Seguimos nuestro camino pasando por otros grandes monolitos.
La Peña del Castillo, intento adivinar como harían para construir ahí arriba el observatorio.
Pasamos por otro monolito.
La Peña del Castillo y el pueblito de Markinez, todavía hay nieblas por el valle.
El paisaje es precioso, Marquinez, la iglesia de santa Eulalia, abajo y por dónde hemos pasado, la Peña del Castillo y, al fondo, la Sierra de Cantabria.
Seguimos el sendero en la parte alta del valle, tenemos que llegar a nuestra siguiente ermita.
Nuestra Señora de Beolarra, es del S. XIII.
La entrada.
Y su escudo.
Aquí pone "Nuestra señora de Beolarra 1881".
La virgen de Beolarra es bienhechora de las cochechas que, después de recogerlas, las gentes subían a la ermita a agradecer a la Virgen lo recolectado.
Seguimos adelante, todavía queda un buen trecho y el solecillo empieza a notarse.
A lo lejos ya vemos nuestro próximo pueblo: Arluzea (Arlucea), tambien el barranco por el que vamos a subir y la zona de la cruz de Arrausia y las lomas de San Justi.
Con algo de zoom.
Pero el zoom engaña, haya que ir bajando al fondo del valle hacia el pueblo.
El lugar es precioso y muy tranquilo.
Arluzea y sus antenas.
Tenemos que salir un poco a la carretera para entrar en el pueblo.
Arluzea y su iglesia de san Martin, es más grande ésta que el pueblo.
Nos metemos entre sus calles y vamos hacia la iglesia.
Pueblo muy coqueto.
Subimos hasta la iglesia del S. XIII.
El atrio, está cerrado, no se puede entrar.
Ha pasado por varias ampliaciones, desde el S. XIII al S. XVIII.
Hay unas bonitas vistas sobre los tejados.
Bajamos para volver a andar entre sus calles.
Junto a la iglesia hay una gran lápida en el suelo, no tengo ni idea de qué se trata.
Poco a poco nos alejamos de Arluzea.
Este pueblo está al final de la carretera, a partir de aquí cogemos el sendero para subir hacia Arrausia.
Con unos bonitos farallones.
Vamos subiendo poco a poco hacia el borde del barranco, hay unos ejemplares de hayas muy grandes.
Al llegar a la zona alta vemos de dónde venimos, desde la ermita de Nuestra Señora de Beolarra y la bajada hasta Arluzea.
Según andamos, además de la anterior ermita, vemos Markinez y la sierra de Cantabria.
Dejamos a la derecha de cruz de Arrausia para ir directamente hacia san Justi con sus dos buzones.
Con toda la sierra de Cantabria.
Después de un buen rato al sol nos metemos en los magníficos hayedos hacia la Peña del Arco.
Nos hemos desviado a la izquierda en el collado de Mandicibidea.
Se nota el frescor del bosque.
En seguida llegamos a la cima de La Balzarra y su Peña del Arco.
Un lugar precioso en medio del bosque.
Lugar muy original con la forma de la Peña.
Después de picotear algo en un lugar magnífico nos alejamos.
Volvemos al collado desde donde vemos la cima de San Justi.
Nos toca otra vez al sol.
Pero nos volvemos a meter en el hayedo, bien.
Patxaranes y moras a tope y muy ricas, están en su punto.
Seguimos bajando hasta El Rosal y llaneando hasta La Majada, un poco más adelante seguimos "liso" pero en un momento tenemos que subir el repecho hasta la zona alta de Belabia, son unos 200 metros que "cuestan" y menos mal que vamos a la sombra, se hace en seguida pero ya tenemos más de quince kilómetros encima.
Una vez subida vamos por campos de cereal, en una meseta lisa.
Vamos poco a poco hasta la ciam de Belabia que la vemos a la izquierda.
La cima no tiene vistas, sólo el buzón.
Bajamos un poco y hacemos paradita a la sombra para picotear algo.
Al bajar se abre el horizonte para ver las antenas de Kapìldui y las paredes encima de Arluzea.
Mientras descendemos pasamos entre monolitos de diferentes formas.
La bajada es muy bonita entre los monolitos de la izquierda.
Una gozada andar por esta planicie.
Los monolitos, según vamos llegando sus formas van cambiando continuamente.
Parece un perro que se va a lanzar al otro peñasco.
Se ve totalmente el cuerpo de un perro.
Nos alejamos del txutxo y sus juegos.
Las vistas son excelentes hacia Marquinez, las ermitas de Ntra. Sra. de Beolarra y san Juan Bautista, Kapildui y san Justi. Vemos todo el recorrido de las primeras horas.
Kapildui, Marquinez, las ermitas de Ntra. Sra. de Beolarra y san Juan Bautista y los eremitorios aquí abajo.
Vamos bajando poco a poco, el calor se nota, hay que tener paciencia, queda poco pero lo poco que queda se hace largo.
San Justi y los eremitorios, toda la loma de san Justi y adivino dónde está Arluzea.
Markinez ya está más cerca, el lugar es muy original, los últimos traguilos de caldo que es en lo que se ha convertido el agua pero por lo menos hay algo.
Llegamos a la iglesia de santa Eulalia.
A los pocos metros hay una fuente con agua fresquita, entra estupendamente y vale para refrescar la cabeza y beber algo.
Después de quitarme las botas me voy a ver la cueva de detrás de la iglesia.
Las casas son de piedra, muy elegantes.
Con grandes escudos.
La fuente y la iglesia de santa Eulalia.
Detrás de la iglesia está la Peña Askana.
En dicha Peña hay una cuevas artificiales.
La cueva de santa Eulalia está detrás de la iglesia.
Dentro de la cueva hay unos grafitos que ya casi ni se ven, se van deteriorando poco a poco y si nadie lo remedia desaparecerán definitivamente ...
Estas cuevas se utilizaron entre los S. V y IX.
Junto a una hendidura en la roca hay dos figuras, una de ellas montada a caballo Con una especie de mazo en la mano que puede representar a Epona o Épona, la diosa de los caballos.
Originalmente parece que estuvo pintada de rojo.
La otra parece tener también un origen céltico.
La otra figura.
La diosa Epona es de origen celta y está relacionada con los caballos.
También se relaciona con la fertilidad y la abundancia.
A lo largo de la pared hay unos agujeros.
El osario con cuatro tumbas esculpidas en piedra, se usó durante varios siglos.
Aunque casi ni se ven, se distingue el agujero de la pared y, entre él y la verja, la figura y la diosa Epona sentada en un caballo.
La cueva y la iglesia de Santa Eulalia.
Y ésto es todo, una salida muy bonita, a veces calurosa pero muy interesante.
Hay más cuevas eremitorios cerca de aquí, en las Gobas (Laño) en el condado de Trebiño.
Sólo nos faltaba hidratarnos un poco pero, oh, desgracia !!!, la taberna estaba cerrada y abría a las siete de la tarde, nos tuvimos que conformar con la fuente e ir a otro lugar, hacia calor.
Agur.
Éste es el track de la salida: