Kaixo, hoy, 15 de noviembre, voy a un lugar que cuando lo visité en el 1980 me impresionó, el templo de Dakshinkali.
Es uno de los lugares más asombrosos de Nepal en plan religioso con más de 1000 años de antiguedad.
Está dedicado a la diosa Kali, la "destructora" y la "protectora".
Los hinduístas se protegen con la diosa Kali de los males y demonios que les amenazan.
Para ir a este lugar hay varios autobuses en la estación de Radna Park con el número 22.
Entre los cientos de buses que hay sólo hay que preguntar el bus para este lugar y te lo dicen.
Tarda hora y media en llegar por una carretera que en muchos tramos es de tierra y baches para hacer unos 22 km.
Hoy tengo suerte, en el pequeño bus se sienta junto a mi una pequeña abuelita que hace que vayamos cómodos.
Atravesamos varios pueblos y campos de arrozales.
Llego a las 12 a Dakshinkali a un aparcamiento polvoriento donde hay varios buses.
De aquí me meto por un camino lleno de puestitos a cada lado del mismo.
En Dakshinkali se hacen montón de sacrificios de animales, sobre todo los sábados y los martes.
Aunque en esta época son los festivales de Dashain, en noviembre, y hay más días. Estos festivales duran 15 días y son para festejar las victorias de los dioses sobre los demonios.
Si se te olvidan los gallos para el sacrificio, no te preocupes, aquí tienes.
Centenares de collares de caléndulas y ropas de color rojo lo inundan todo.
Sólo tengo que seguir esta "calle" y bajar un poco para llegar al Templo.
Marcos con la imagen de Kali y montón de cocos para hacer ofrendas.
Reunión familiar y muñecas de colores.
Colorines.
Al final del mercadillo, ha que bajar estas escaleras para bajar a la zona del templo de Dakshinkali.
Según bajo veo distintos animales, todos sagrados o "casi".
La zona inferior, no hay mucho jaleo, es un silencio extraño, roto de vez en cuando por algún toque de campanitas y por el aleteo de las palomas.
La diosa Kali, la de los seis brazos, encima de un león o, a veces, un tigre. Es la reencarnación de Parvati.
De una figura de Buda azul flanqueada por dos leones cae un catarata de agua. Debajo un par de tortugas y una rana.
Montones de campanas de distinto tamaño, de vez en cuando pasa alguien y hace que suenen unas u otras.
Un dibujo de Kali en un tigre con unas copitas para encender velas.
Sigo bajando hasta el fondo en donde está el templo.
Hay mujeres vendiendo caléndulas.
La zona baja, allí, al fondo, está el pequeño templito de Kali junto a un torrente.
No hay mucha gente comparando con la que suele haber otros días, sobre todo martes y sábados, pero estamos en el Dashai.
Distintas edificaciones.
Ésta es la zona principal, sólo pueden entrar los hindúes.
Grandes campanas y pequeñas copas para encender con grasa de mantequilla.
Ahí dentro no puedo estar, no soy hinduísta.
Tranquilidad mientras la gente espera a entrar en el recinto.
Al otro lado la gente está esperando a que abran las verjas para poder entrar.
Sobre todo las mujeres son las que más rezan con devoción.
Allí, al fondo, está la diosa Kali, la que mató a los demonios, de negro o, algunas veces, de azul.
Bajo sus pies hay una figura humana.
El sacerdote hinduísta con ofrendas.
Todo lleno de cortinillas de colores y flores.
Campanas de distintos tamaños.
Foto familiar a dos móviles.
Vienen muchas familias a pasar el día en plan fiesta.
Éste es el lugar donde, una vez sacrificado el animal, lo limpian para que luego so lo lleve la familia.
Luego lo cocinarán en una fiesta.
La gente esperando pacientemente a que abran las puertas, en las grandes celebraciones hay una multitud.
El rio que pasa no lleva mucha agua en esta época.
Los trajes tienen mucho colorido.
Preparando ofrendas, fruta, cocos ...
Esta mujer ya tiene su ofrenda, flores y, sobre todo, cocos.
Los tejadillos, con una cobra en cada esquina, están llenos de palomas, son las que rompen el silencio que suele haber al volar.
Debajo está Kali.
En el espejo este hombre se pone "elegante", se coloca bien el gorro ...
Durante un buen rato dos personas se dedican a tocar las campanas mientras el sacerdote hace ofrendas a Kali.
El sacerdote le ofrece a Kali unas ramitas y unas cortezas.
Kali es la madre que protege al niño, destruye todo lo que te está amenazando.
Siguen las campanas, el sacerdote mueve unas velas encendidas.
Unas velas de mantequilla encendidas.
Y otro hombre, mientras tocan las campanas con gran estruendo, mueve el tambor y sacude, de vez en cuando, las crines.
Ofrendas.
Hay muchas familias.
Yo soy el único extranjero, a mi aire, no hay problemas para ir de un sitio a otro aunque no pueda entrar en la zona del altar.
Cuando abren la puerta la gente empieza a entrar para adorar a Kali.
Una vez abiertas las rejas empieza a entrar gente, es un contínuo ir y venir.
Y se llena la zona principal.
Hay montones de figuras de tigres.
Ambientillo, mientras, de vez en cuando, suena alguna campanita.
Hay un ambiente especial, con mucha devoción ... y otros con su mejor traje ...
No me canso de ver gente distinta con mucho respeto.
Sobre todo las mujeres son que llevan las ofrendas.
Los cocos, no se porqué, son una de las cosas que más se usan.
Recibiendo bendiciones.
Y aquí es donde se sacrifican los animales. La gente los lleva al matarife.
Los hindúes piensan que la muerte de los animales les darán la posibilidad de reencarnarse en un nivel superior de vida.
A esta cabra poco le quedaba.
A estos gallos ya los han sacrificado.
En el pasillo de la izquierda es donde sacrifican a los animales.
Kali sigue recibiendo ofrendas de la gente, es un paseo contínuo.
Esta diosa es la esposa del señor Shiva, es la destructora y protectora.
Haciendo plegarias. Seriedad total.
Poniéndose el Tika junto a un árbol llenos de campanitas y telas.
Todo está lleno de humillo de las ofrendas.
Con las velitas de aceite de mantequilla.
Después de haber sacrificado al animal lo llevan a esta zona donde los carniceros lo limpian.
A continuación la familia se los lleva para la merienda entre todos y todas.
Limpiando al animal.
Los meten en un tonel con algo caliente que no se qué tendrá para despellejar.
También se hacen cremaciones.
Los colorines de la fuente.
Al fondo la zona del templo.
Quemadero de basuras.
Después de estar un buen rato viendo gente y sus costumbres vuelvo a subir las escaleras para salir hacia los puestos.
Este templo está rodeado de dos ríos que en esta época están casi secos.
Y vuelvo a pasar por chiringuitos donde venden montones de cosas para dar culto a Kali, caléndulas, cocos ...
Más cocos y gallos.
Calabazas, tomatitos, limas ... comida para las familias que se juntan para cocinar y comer el animal anteriormente sacrificado.
Unas muñecas que me sonaban a las Barbis de hace años y de lo más hortera, me parece ...
Montones de colores que deslumbran.
Vuelvo a coger el bus de vuelta, quiero marcharme un poco antes para llegar a Kathmandu antes de quela circulación se ponga imposible.
Salgo del templo de Dakshinkali pero a un kilómetro hay parada en el pueblo de Pharping con sus correspondientes tienditas.
Camino a Kathmandu veo una gran estupa.
Y esto es todo por hoy.
Dakshinkali es un lugar de peregrinaje hindú que no te deja indiferente, aunque parezca tétrico no lo es, las familias se juntan para celebrar que la diosa les protegerá en un ambiente festivo.
Hay un profundo sentimiento religioso.
Aunque da esa sensación no huele a nada.
El suelo está muy limpio, lo único que hay son hojas y restos de flores que se caen, pero ya se ve que está mojado porque pasan la manguera, además al tenerse que descalzar ...
En los templos y lugares así mantienen muy bien la limpieza a pesar de la cantidad de gente que hay. Tienen una ventaja, no usan ni vasos de plástico ni botellas ...
La zona del río si que está algo más guarra pero son así casi todos, igual que aquí hace 30 o 40 años cuando a los ríos echábamos cualquier cosa.
Cerca de aquí hay un templo llamado Mata encima de una colina pero ésto le veré otro año. Aunque es hindú se puede entrar pero descalzo.
La carretera está bastante deteriorada, pero bueno ... voy detrás, a mi aire, poca gente ... viendo el ambiente ...
Si, la carretera no está muy allá, pero ya estoy acostumbrado ...
"Sólo" he tardado en volver un poco más de una hora, pero ha sido entretenido ...
Y menos mal que he salido un poco antes porque ya en las cercanías de la capital se nota que el tráfico empieza a subir de nivel.
En Kathmandu me junto con Udaya, me da una gran sorpresa porque mañana volveré a visitar a los chavales y chavalas, se me olvida todo, incluso que al día siguiente volveré al monte, quedamos en ir hacia el lago Tilicho, en el trecking de los Annapurnas.
Sólo me queda dar una vueltitas por Kathmandu, recoger todo, resguardar las fotos, pasar el rato, tengo tiempo, estoy de vacacaciones, si se pueden llamar así ...
Una ducha para quitarme el polvo y a dormir.
Tengo ganas de volver a ver a esos críos. Les he comprado unos juguetes, no tienen casi nada bajo nuestro punto de vista, por lo menos están en una casa con gente que les quiere y les cuida. Van a la escuela que no es poco en este país.
Agur.