Kaixo, el 28 de marzo fuímos a visitar los alrededores de Zumaia.
Con un día estupendo empezamos a andar en la estación del tren para, entre senderos, algo de asfalto y rincones muy bonitos volver después de haber subido a la loma de Ezkabaso, lugar al que no había subido nunca y, aunque sin casi desnivel desde el camino, tiene unas vistas expléndidas.
Empezamos en la misma estación.
Para pasar por un baserri con bonita decoración.
En seguida pasamos las vías del tren por el túnel.
Y vemos la estación por la parte de atrás.
Las vistas hacia Zumaia son muy bonitas.
No vemos a nadie y el camino es una gozada.
La primavera ya se nota en las flores de los árboles.
Andutz al fondo.
Hay trozos de cemento pero se hace ameno.
Y también senderos entre árboles ya casi verdes.
En seguida llegamos a la ermita de san Lorenzo.
La puerta de entrada.
Y la original aguabenditera.
Tiene varios tipos de ventanas.
Unas vistas muy agradables.
Seguimos adelante.
Poco a poco dejamos la ermita.
Junto a ella hay una muga, separa Zestoa de Zumaia.
La marca de la "Z" se ve perfectamente.
Nos alejamos poco a poco.
Y vamos a nuestro siguiente objetivo: la loma del Ezkabaso, junto a las ovejas.
La ermita la dejamos abajo.
A los cinco minutos ya estamos arriba.
Las vistas hacia la ermita son muy bonitas.
Hacia Endoia, Sesiarte y Agido.
Un ratillo mirando a alrededor, nos vamos viendo Zumaia.
Volvemos al camino y llegamos a las inmediaciones del caserío Beain, ya en ruinas, una pena.
Pasamos por lugares que parecen campos de golf.
Y llegamos al polígono de Agote, nada bonito, en seguida nos vamos.
Leemos nuestra próxima parada.
Hamos pasado por debajo de la autopista, ahora toca remontar un poco.
Al otro lado del corte de la carretera veo la ermita de san Lorenzo, allí la hemos dejado.
Y el monte de hoy, el Ezkabaso, las ovejas se han movido.
Los lugares son tranquilos, sin prisas.
Y llegamos al barrio de Ibañarrieta.
La ermita del santo Cristo.
Pero no nos paramos, seguimos adelante.
Una fuente con agua fresca, hay que echar un traguillo, entra muy bien, no hace calor pero el sol, poco a poco, se va notando.
Estamos a unos 5 km, de Zestoa.
Los verdes están insuperables en esos encantadores vallecitos.
Indicadores a todos los sitios.
Hay montones de amarillos.
Agido y Sesiarte, hace poco he estado por sus alrededores.
En la carretera me encuentro con un erizo.
Lo que es cierto es que ni el cepillo de dientes ni las tijeras ha usado un mucho tiempo.
Pasamos por unos enormes invernaderos, estamos en Erretola debajo del Indamendi.
Un enorme roble que se deja ver desde todos lo sitios.
El Indamendi un poco más cerca.
Y allí aparece san Migel de Artadi.
A ratos hay que caminar por cemento pero no se va mal, y, para variar, no nos hemos cruzado con ningún coche.
Las vistas hacia Zumaia estupendas.
Y, al otro lado del valle, San Migel de Artadi.
Un enorme toro, ni se ha inmutado.
Entre manzanos y robles llegamos a Okina.
En plena floración.
El barrio nos recibe con el baserri Txortengoa Zaharra.
Y su escudo.
La iglesia de san Bartolomé del S. XVIII.
Y a estas horas y teniendo una taska a cinco metros me entran ganas de tomarme un café ...
y porqué no ... pues para adentro.
Se nos han pasado cinco minutos pensandolo ...
Aquí también hay varios indicadores.
En la terracita del bar sólo hay una persona tomando algo, de vez en cuando algún crio ... tranuilidad.
Pero nos tenemos que ir viendo cosas bonitas.
Nos despedimos de Bartolomé.
Encima de la loma distingo San Miguel de Artadi.
Hay algunos robles que ya están a tope.
Salimos de Oikia para pasar el Urola por el puente Mantzisidor.
Es un lugar precioso.
Tiene unas entraditas con banco, merece la pena sentarse un momento, tampoco hay tráfico.
El Urola a su paso por Oikia.
Y si antes hemos pasado por encima del puente ahora toca pasar por debajo del tren.
Tenemos una subida y vamos rodeados de viñedos de txakoli.
Y pensar que esas hojas van a dar una botella de cristal llena de txakoli ...
Txakoli con el fondo de Zumaia.
Pasamos por el baserri Karakas.
Compartiendo la comida.
Y, después de bajar por el valle de Santiago, llegamos a las afueras de Zumaia.
Cruzamos el río Urola, empezamos a notar algo raro que no hemos notado en todo el recorrido, la cantidad de gente que hay por estos lugares, estamos de pandemia y este fin de semana nos han dejado libre, todo lleno de gente, que agobio, pensábamos echar un traguillo pero es imposible, apretamos el paso para salir de semejante torbellino.
Qué bien se andaba por ahí arriba ...
Aunque el río da sensación de tranquilidad.
Llegamos al coche, nos cambiamos, casi nos pasan por encima para ocupar el sitio que dejamos al irnos.
Decidimos pasar por san Miguel de Artadi a hacer visita.
Son pocos baserris y la iglesia pero estamos "cuatro gatos".
El atrio es muy majo, en caso de mal tiempo tiene unos recobecos para guarecerse de la lluvia.
Estamos casi solos.
Unos jugando al frontón.
Y nos vamos, pero para celebrar esta salida tan sencilla y bonita decidimos volver a Okina, el café de antes estaba rico y se supone que el txakoli que den también, efectivamente, estaba rico y poca gente.
Volvemos a casa, nos metemos en el torbellino de gente, coches, ruídos ... me quiero ir ...
Agur.
Éste es el track de la salida: