Kaixo, el 26 de mayo fuimos a dar una vuelta montañera-cultural por el valle de Iza.
Hay un grupo de 13 pueblitos muy majos y algunos recorreremos hoy.
El tiempo estupendo y menos calor que el que esperaba y menos mal porque, aquí, cuando pega el calor se nota.
Salimos de Atondo, a 455 metros de altitud, junto a la iglesia de san Martin de Tours, debajo de la Sierra de Oskia...
Empezamos entre grandes casas de piedra, no encontramos a nadie, algún ladrido y canto de pájarillo.
Entre bonitos caseríos por dónde, en tiempo de los romanos, pasaba una calzada.
Hay documentos que hablan de que en esta casa nació en el siglo XV Guillermina de Atondo, abuela de San Fancisco Javier.
Con su escudo correspondiente del s. XVI.
Pequeña errata de portal ...
En seguida empezamos a subir y nos metemos en un bonito bosque de encinas.
Entre árboles que nos indican el sendero.
Un limpio bosque, es una gozada, el repecho se nota pero se anda muy bien.
En la zona alta, las encinas se abren y entramos en un precioso hierbal.
En la loma el paisaje se amplia hacia la cima de Erga.
Txurregi y Gaztelu.
Casi estamos en la cima, el Txurregi nos vigila.
Vemos los buzones, Aralar se muestra en todo el horizonte.
En el valle los pueblos de Errotz, Izurdiaga, Irurtzun. Urritzola ...
A gusto aquí arriba con un cielo fantástico.
Uno de los buzones del Bizkai viendo el frontón verde de Errotz, Izurdiaga, Irurtzun, también Urritzola el macizo de Aralar y el Erga separados por "Dos Hermanas".
Txurregi y los espolones del Gaztelu.
Una gozada aquí arriba.
Destaca el frontón verde de Errotz junto al río Arakil.
Después de un ratito ahí arriba bajamos entre hierba y una mezcla de hayas y encinas.
Tranquilidad, sosiego ... gozada.
Bajamos por la loma de la sierra de Oskia y pasamos por un aterpe de cazadores, siemore está abierto y, sobre todo, muy limpio.
Bajamos hasta el collado para girar a la izquierda y dirigirnos al Illunbeta, detrás está el Erga.
El camino al Illunbeta es solitario y original.
Entre encinas bajas y todo el suelo de hierba.
Por un estrecho senderito que apenas se ve.
La cima.
Apenas tiene vistas pero el lugar es muy bonito y aprovechamos para almorzar.
Volvemos sobre nuestros pasos, una maravilla andar por ahí.
Una orquidea para cambiar los colores.
Una Viborera (Echium vulgare), son unas flores muy bonitas y vemos un montón.
Amarillos y verdes.
Seguimos bajando para llegar a otro bonito pueblo, Otxobi.
Tranquilidad.
Otxobi.
Entramos por la iglesia de San Juan Bautista.
Con varios decorados con motivos escultóricos.
El atrio es muy bonito con tres ventanas y la puerta de entrada.
Unos de los tres vanos.
El atrio.
Construida en el año 1250.
Junto a la iglesia, el frontón.
Qué rico !!!
Saliendo del pueblo llegamos al Palacio de Otxobi, de siglo XII, remodelado y ampliado en el S. XVI.
Pertenece a los denominados "Cabo de Armería", título antiguo de la nobleza navarra que tenían derechos y privilegios tanto civiles cómo religiosos que desaparecieron al acabar el Reino de Navarra.
Por lo menos desde el S. XVII pertence al linaje de los Arraiza.
A esta torre se adosa la capilla o ermita de San Martín.
Con el escudo de los "Dos Lobos".
Hoy está reconvertido en Hotel Rural.
Estos palacios eran casas solariegas donde los nobles colocaban sus escudos de armas.
El número total de Palacios "Cabo de Armería" eran, en el S. XVI, de 119.
En el S: XVII eran 197 y a finales del S. XVIII habíen 192.
Hay mucha información sobre estos antiguos palacios.
Salimos de Otxobi y vagabundeamos entre campos de labranza.
Entre grandes grupos de amapolas.
Y abejillas intentando almorzar a base de la flor.
Buen "ciego" se va a coger con tanta "Amapola".
Los caminos son muy agradables.
Otxobi se va alejando de nosotros, debajo de la sierra de Oskia.
Una elegante rosa silvestre.
Seguimos entre encinares y robles.
Y montones de colores.
Nuestro andar nos lleva a otro pueblito, Lete.
Desde dónde vemos nuestro siguiente objetivo, el Monasterio de Yarte.
Un pequeño valle que en época del amarillo de la colza está precioso.
La iglesia de san Millan del S. XIII.
Y, muy importante, una fuente, que cuando pega el sol hace un calor que pesa mucho.
El frontón, en estos pueblos no tienen pared izquierda, solo el frontis.
Paseamos entre las calles del pequeño pueblito.
Una gran casona.
Con su correspondiente escudo.
Salimos del pueblo, allí está el Monasterio de Yarte.
En seguida llegamos.
En 1024 el rey Sancho III el Mayor y su esposa Numadona lo donaron al Abad Leoario de Albelda.
En el 1045 se entrega al Monasterio de Irache.
Del 2002 al 2006 se restauró el edificio correspondiente a la iglesia de lo que fue Monasterio de monjas de Santa María de Yarte.
A su alrededor hay varios edificios pero están totalmente en ruinas.
Uno de los accesos.
La primera vez, que llegé vine solo y estuve un largo rato, es un lugar solitario y tranquilo en el que apetece estar un rato mientras echas un traguillo y comes algo, un sitio muy agradable.
Desde aquí se ve Lete.
Nos vamos pero no me resisto a mirar hacia atrás.
Vamos por un sendero de robles muy majo.
Lugar de Laiaka.
Ésta es una zona de encinas y robles preciosa.
Pasamos por el túnel debajo del tren de Iruña a Altsasu, hoy tenemos suerte, hay poca agua dentro y pasamos facilmente.
Más adelante y junto al camino están las ruinas de la ermita de Nuestra Señora del Rosario de Artiza.
Había dos tallas de la Virgen, románica y gótica, respectivamente, que están en el Museo diocesano de Iruña.
Totalmente en ruinas parece que formaba parte de un despoblado llamado Artiza que existió hasta el 1830.
Eneco Fortuniones la legó, en 1078, a Irache en testamento.
En 1350 contaba 8 fuegos, con el mayoral; diez en 1366, más un hidalgo; en 1427, nadie.
En las cercanías hubo un poblado de la Edad del Hierro.
Playa de Errekaundi.
Al salir del bosque andamos entre campos de cerales, debajo de la sierra de Oskia.
Cientos de Amapolas.
Y muchas Viboreras (Echium vulgare), los abejorros se están poniendo morados.
Oigo el fuerte sonido de sus alas por los muchos que hay.
Me entretengo entre flores y bichos y me quedo sólo.
Se han adelantado debajo del Gaztelu.
Los vuelvo a ver entrando en Atondo con el Txurregi y el Gatzelu.
- ¿ Pero vienes o qué ...?
- Va, va ...
La fuente, hay que echar unos tragos de agua fresca, no he pasado calor pero merece la pena unos traguillos.
Ahí hemos estado a primera hora.
Atondo nos despide enseñandonos su frontón, también sin pared izquierda.
Y ésto es todo, una vuelta muy bonita y con muchas cosas para saber de los lugares por los que hemos pasado.
Sólo queda el almuerziko en Irurtzun que nos lo merecemos.
Y todo ésto en buena compañia.
Agur.
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