Kaixo, el 30 de Marzo fuimos a visitar las crestas de La Trinidad desde Liedena, un recorrido fantástico por unos rincones con unas vistas de primera y, de paso, conocer unas cadenas que han puesto hace pocos años, tenía curiosidad por conocerlas.
El tiempo excelente, no hacía calor, trece grados al empezar pero algunos más al terminar y unas nubes altas que le daban ambiente al cielo.
Salimos del pueblo de Liedena, calles anchas sin problemas para aparcar.
Las vides todavía están sin hojas.
Entre chopos marcando el río y olivos, algunos con muchísimos años encima.
Según nos alejamos de Liedena ya vemos la cresta por dónde vamos a andar.
Adivinamos los dos arcos por los que vamos a pasar, andaremos debajo de los vertiginosos cortados y el lugar aproximado de la ermita de la Trinidad, ésta al fondo, a la izquierda.
Al principio es pista ancha que se recorre fácil, pero en verano cuando hace calor puede ser mortal ...
Plantaciones de almendros.
Algunos vestidos de rosa.
Ya vamos ascendiendo y vemos el río Irati y la pista por la que volveremos.
Seguimos el camino, tenemos que pasar la cresta de enfrente para llegar definitivamente a las paredes.
Los campos ya están verdes.
Seguimos parte de la NA SL-113.
Pasado el primer tramo llegamos a una planicie desde donde vemos parte del recorrido que haremos.
Los dos arcos y el recorrido debajo de las paredes.
El sol ilumina el recorrido.
Los paredones cada más cerca.
Pulsa en lafot para verla en grande.
Empezamos a subir el repecho hacia el primer espolón y el primer arco.
Entre encinas y boj, que nos tapan, llegamos al Arco, lo vemos con un color algo naranja.
El estrecho senderillo nos lleva.
Llegamos a él, el panorama es fantástico y el lugar excepcional.
Para pasar la noche con una esterilla.
Después de un ratillo de disfrute seguimos debajo de las paredes.
El senderillo es muy estrecho, a veces me quedo sólo, sin ver a nadie.
Buitreras en lugares insólitos, menudas atalayas ...
El panorama es impresionante.
Ya veo nuestro siguiente arco.
Pasamos entre otra "Brecha de Roldán", porqué no, hay tantas ...
El arco, preciosidad de la naturaleza.
Según llegas tienes la curiosidad de ver lo que hay al otro lado.
Belleza natural.
No quiero irme de aquí !!!
Pero hay que seguir por un senderillo en el que a veces hay que tener algo de cuidado, pero sin más ...
Nos separamos algo de la pared por un estrecho sendero con boj a ambos lados.
En seguida vemos la pequeña pared que tenemos que superar, la zona de las cadenas está a la derecha dónde cambia un poco el color de las rocas, unos metros más arriba está la cima.
Ahí están, en medio.
Empezamos a superarlas, no hay problema, la última vez que pasé por aquí, en diciembre del 2015 no existían y destrepé por aquí.
Parece mucho más de lo qué es.
Ya está superado, muy entretenido.
Una vez superadas, la cima de la Trinidad está a pocos metros.
Aunque hay poco paisaje entre el boj, estamos unos momentos y continuamos a nuestro siguiente objetivo.
El panorama hacia la Foz de Lumbier es precioso, por ahí volveremos.
Seguimos bajando y llegamos a la ermita de La Trinidad.
Vemos el Elomendi y el cordal desde Santa Agata, Sambelles a Peña Izaga, delante la Sierra de Tabar encima del pueblo del mismo nombre.
Es del siglo XVI.
Con dos pequeños ventanucos.
La pequeña puerta de entrada, siempre la he encontrado cerrada, tendré que venir el día de la romería, hay caldo y almuerzo ...
Vista excepcionales hacia la Foz de Lumbier.
Y Peña Izaga.
Y el pueblo de Lumbier, otro lugar excelente para subir hacia aquí.
Bajamos por el camino del Calvario con varias cruces.
Hasta llegar a la altura de Lumbier donde cogemos el camino que nos llevará a la Foz, allí al fondo, no hace calor, se anda muy bien.
La cresta de La Trinidad, vemos la ermita, los cortados, adivinamos los Arcos ...
rincones preciosos y solitarios.
Pulsa en la foto para verla en grande.
A la entrada de la Foz, hay un centro de información y una fuente, a veces ha venido bien con el calor que hace en verano.
Nos metemos en la Foz.
La Foz de Lumbier, lugar de enormes paredones, precioso.
El río Irati se encajona entre las paredes.
Vamos por la vía verde del Irati, por este camino pasaba el viejo tren entre Sanguesa y Pamplona, el primer tren eléctrico del país.
Funcionó entre 1911 y 1955.
El río se ha encargado de desgatar las paredes desde hace montón de años.
Rincones bonitos.
Entre grandes murallas, suelen estar llenas de buitres pero parece que todavía no han llegado.
Atravesamos dos túneles.
El tren, al principio, se usó para llevar madera desde los bosques de Irati y Aezkoa pero luego fue para pasajeros.
Salimos de la Foz y seguimos el recorrido del tren, por allí arriba hemos andado a la ida.
Seguimos el Irati antes de dejarse abandonar en el Aragón.
Nos guían los viejos postes de electricidad para alimentar al tren entre campos que ya están casi verdes.
Más información de este trenecillo: Tren del Irati.
Y llegamos a Liedena, vemos la iglesia de La Asunción.
Aquí había una parada del tren y el último viaje fue el 31 de Diciembre de 1955.
Y esto es todo por hoy, una salida preciosa por unos senderos impresionantes debajo de grandes murallones, una preciosidad de camino.
Y sólo queda el ritual ... cambio de botas, algo de ropa según el tufo y a hidratar a Liedena.
Agur.
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