Kaixo, como todo no va a ser monte, aproveché una oportunidad para ir a un país que, desde hace tiempo quería visitar: Etiopia.
Un
país que tiene mucha diversidad de paisajes y sobre todo de gentes, de etnias, de forma totalmente diferente de vidas por lo que muy interesante de
visitar y, le verdad, es que no defrauda.
Cuando estudiaba se le llamaba Abisinia.
Etiopia debe tener unos cien millones de personas pero de ellos,
muchos, muchísimos son crios, nunca he visto tanto chaval, por la carretera, en los pueblos, por el monte, de repente estás rodeados por ellos
aunque cinco minutos antes no veas a ninguno.
Su única salida al mar es atravesando Yibuti para lo que han hecho el único tren que hay para
llegar al golfo de Oman.
Su extensión es doble a la península Ibérica por lo que tuvimos que pasar bastantes horas por carretera y
pista para ver lo que teníamos que visitar.
Está rodeada por Sudan, Sudán del Sur, Uganda, Kenia, Somalia, Yibuti y Eritrea.
Pulsa en el mapa para verlo más grande.
Llegamos a Addis Abeba a la noche y entre pagar los 44 euros de entrada, ir al
hotel para dormir unas horitas a las 6 y media de la mañana ya estábamos en la carretera.
En este país hay cristianos (ortodoxos,
protestantes y católicos) y musulmanes sobre todo y, según la zona, varia bastante la religión de unos y otros.
Empezamos yendo hacia
el Norte para volver a Addis Abeba de vuelta y bajar al sur.
Hoy llegaremos a Kombolcha pasando por el mercado de Sembete.
La cruz indica que cerca hay
una iglesia.
La zona norte es
verde, me sorprende los verdes del campo aunque en la época seca está todo amarillo.
Los pueblitos que atravesamos son pequeños y
junto a la carretera, normalmente no tienen nada.
Muchos tuc-tuc.
Los andamios de las casas siguen siendo de bambú retorcidos pero al final
el edificio sale derecho.
Por al camino paramos
para hacer un descanso.
A la entrada del bar están haciendo café, la "ceremonia del café", la hacen por todo el país.
El
café es extraordinario, en este país se descubrió.
Se tuesta en el momento en una sartén encima de una pequeña estufa
de carbón: Baret.
Se muele en un mortero, Mukecha, y se echa en una jarra de barro, Jebeba, hasta que hierve.
Seguidamente se sirve en unas tazas
de porcelana llamadas Sini.
Se pueden mojar en el café unas hierbas aromáticas.
Con toda profesionalidad.
Concentración total. Es un café muy rico.
Seguimos adelante, en la carretera hay montones de gente con unas túnicas blancas.
Van o vienen de la iglesia.
Desde el bus veo montón de verdes campos con sus correspondiente metas.
La carretera, más o menos buena, pasa por grandes collados algunos a más de 3.000 metros.
En uno de ellos hay un puesto que venden unos bonitos sombreros y demás cachibaches.
Es un lugar muy bonito, no hace frio y se está bien.
También hay un grupo de monos Babuinos, se ve fácilmente el macho del grupo.
Alguno enseña los dientes pero no pasa nada.
El macho "alfa" ni se inmuta.
Desde el collado se ve el valle al que vamos a bajar por innumerables curvas.
Me sorprende lo verde que
está.
Pasamos por pueblitos,
casas, tiendas, algún bar ... junto a la carretera, no hay más.
Seguimos bajando al valle cuando nos tropezamos con otro grupo de Babuinos, éste mira con cara de
indiferencia.
Éste está
un poco nervioso.
Por la carretera, en
cualquier lugar, aparecen rebaños de cabras.
En los pueblos hay
montón de gente, sobre todo en las paradas de autobuses, es toda una aventura ir en ellos, cada dos por tres les paran controles de la poli, a nosotros
nos dejan seguir cuando ven que somos "blancos".
Gradas para plantar
maiz, trigo ...
Los chavales
pequeñajos enseguida trabajan de pastores.
Y, al rato, llegamos a
Sembete, hoy es domingo y hay mercado.
Mi primera impresión es fabulosa, en dos días de viaje he pasado de los mercados y supermercados de mi
pueblo a éste, es increíble los años que hay entre uno y otro.
Me encantan este tipo de mercados.
En una explanada de tierra se van juntando cientos de personas de distintas etnias, de millones de colores,
tardo unos minutos en apretar el botonziko de la cámara, viendo ésto ni me acuerdo de hacerlo.
En cualquier lugar,
debajo de enormes Ficus, se monta el puesto para intercambiar distintos utensilios.
Hay puestos de tacos de sal del desierto de Danakil, este lugar es uno de los más inhóspitos del
planeta, la temperatura sube hasta los 60º, aún así aquí vive el pueblo Afar y es el que se encarga de cortar la sal y llevarlos en
dromedarios a los distintos mercados del país.
Los cortan y hacen polvo con una simple sierra.
Hay tres tipos de sal, una de ellas es apta para
consumir.
Montones de tipos diferentes de gente, semblantes ...
Tanto cristianos como musulmanes conviven sin problemas hasta que venga alguien y
la fastidie ...
Las mujeres son altas,
estilizadas ...
Montón de
colores, millones de colores.
Un increíble
bullicio dividido en sectores donde se venden ropas hechos por ellos o también de "los chinos".
Hay una serie de gente
que tenía una barbita, otras nada.
Las ovejas vivas se
amontonan encima de la furgoneta para venderlas en su lugar correspondiente.
Cabras por todos los lados.
Comentando la ropa,
cara ? barata ? calidad ? ...
Por fin se hace la compra.
Gente de una etnia que tiene el pelo totalmente rizado, se lo dejan crecer hasta coger un buen
tamaño.
Chicas que hacen
maravillas con trenzas.
Por el pelo creo que son Afar, muchos tienen un peine entre los pelos, hay que estar elegante pese a
todo ...
Hay otra grupo de mujeres que se recogen el pelo en una especie de
redecilla.
Según deambulaba en el mercado veía gente diferente,
de todo tipo.
También hay
varios puestos de sastre tanto en el mercado como en todos los pueblos, siempre usados por hombres.
Una pareja de pastores, hay mucha gente que viene de pueblos cercanos tanto de más lejos.
Algunos se
pasan toda la noche anterior andando para comprar, vender o intercambiar productos.
Sector de los
animales, de pronto me veo rodeado de cabras en medio de un laberinto sin casi sitio para andar.
Muchos te miran y otros, críos y mujeres, se
acercan para rozarte o tocarte la piel, es que somos "blancos" ... esa piel blancucha y con algún pelillo ...
Sin saber cómo, llego a la zona de los dromedarios, son animales muy considerados e importantes para
tener una cierta importancia social.
Las mujeres con esos
vestidos tan coloridos son muy guapas, no hay que negarlo.
Mientras
las mujeres se dedican a comprar y los crios a correr, los hombres se sientan para ver el paisaje, me parece que son los que hacen los negocios más
importantes ...
Me rodean cabras, ovejas ... lo que me deja perplejo es lo limpio que está con la cantidad de
ganado que hay que hay.
Enseguida recogen las boñigas.
Los colores resaltan sobre todo.
Todo hombres.
En esta
zona hay dos etnias mayoritarias, los Oromos y los Amharas, aparte de otras muchas, entre ellas, los Afar.
Este hombre no se de cual es.
Debajo de la sombra de las acacias se reúnen con su rebaño corespondiente.
Cientos de dromedarios, en todos los mercados los veré. Los de aquí supongo que serán de
los Afar.
A esta mujer parece que no le han salido bien los negocios
...
También tienen el pelo recogido en una redecilla.
Estas
dos personas parece que no son de la misma etnia ...
Esta chavala parece
cansada, quiero adivinar de donde vendrá, de los kilómetros que se habrá hecho, según vaya viendo lugares me daré cuenta de
lo dura que es la vida desde que sabes andar ...
Debajo
del paraguas se nota el sol.
Cuando veo una mujer
así me pongo a pensar en los años que puede tener, no muchos pero no logro saberlo ...
No se si quieren venderla o la han comprado ...
Los burros también tienen un papel importante, acarrean un montón de cosas y con mucho peso en
comparación a los pequeños que son.
Los grupos de camellos
están algo separados el resto de ganado.
A este hombre tampoco
le han salido bien los negocios.
Y esta mujer se lo
está pensando.
Todo orgulloso con su
dromedario. Éste también se muestra altivo y elegante. Debe saber lo que vale.
Llego al sector de las vacas.
Entre grupos de gente.
Y, sin querer, me veo
rodeado de camellos, tranquilamente me separo.
Cientos de
camellos.
Una mujer con sus vacas y toros.
Un gran toro aunque un poco falto de carne.
Ya es tarde, la gente se va yendo poco a poco hace un rato todo ésto era una vorágine de sonidos,
olores ...
Los hombres se juntan a última hora, hay que hablar sobre si
los negocios han ido bien o mal ...
A éste parece
que le han ido bien ...
Todo colores.
Por la mitad del mercado pasa un pequeño arroyo, aprovechan para dar de
beber al ganado, coger agua en los bidones
amarillos que veré a miles por las carreteras.
Todos van con el pelo arreglado, hay montones de peluquerías por todos los rincones.
Poco a poco recogen todos los enseres, seguramente les quedará unas horas
para llegar a sus casas, hasta el domingo que viene en Sembete.
Unos
toros, son tranquilos y dóciles aunque con esos cuernos cualquiera se fía.
Todavía intento
estar entre la gente un ratito más, me encanta.
En qué
estará pensando ... ?
Reunión.
Las
sandalias verdes están de moda.
Todavía quedan
muchos tenderetes para recoger.
Con una "chupa" de
cuero, debe tener mucho ganado.
Poco a poco va apareciendo la tierra y la hierba que antes no veía.
Una mujer rodeada de colores.
Críos ? a montones !!!
Pintados de "henna".
La
redecilla para recoger el pelo.
Mucha gente, rodeado de gente.
Las caras son muy
bonitas.
A la sombra.
Colores
...
Charlando amigablemente.
Los árboles son eucaliptos, hay muchas plantaciones, los usan para todo.
Hay que dar de beber al ganado.
Qué sonrisa
...
Con la redecilla correspondiente, aunque sea por el polvo es
bienvenida.
Aunque parece que la gente se va yendo, todavía hay una pequeña multitud para perderse entre
ella.
Las patatas que he comido en el viaje son muy ricas.
Pastores del rebaño de burros.
Vigilando desde la atalaya.
Y
hablando de sus problemas.
Después de
estar un buen rato en este impresionante lugar, seguimos nuestro camino hacia Kombolcha.
Pasaré por varios pueblos, esta zona es musulmán
mayoritariamente, la mezquita lo indica.
Por el camino paramos
en un lago, un lugar tranquilo y apacible para descansar de la kilometrada.
Con mucho ganado.
Y de repente, salen varios crios de la nada, nos oyen enseguida.
Estamos un ratillo pero
seguimos.
Llegamos a Kombolcha y lo de siempre, hotel, recoger todo otra vez y, muy importante, cervecita rica para refrescar la garganta.
Estoy
bastante cansado, el primer dia ha estado muy bien, Sembete me ha encantado, parece que retrocedes años.
Mañana seguiré por estas
tierras y visitaré otro mercadito y, si cabe, mejor que el de hoy ...
Agur.
Impresionantes fotos e ingeniosos comentarios. Gracias por compartir
Hola Luz, gracias por leerlo y comentarlo.
Sólo he puesto tres días de los muchos que estuve, tengo que subirlos pero no
tengo tiempo, aunque parezca mentira.
Bueno, a pasarlo bien.