
Kaixo, hoy, 22 de Agosto, sigo este bonito viaje, hoy nos desplazamos a otro lugar encantador, toda un sorpresa.
Camino de Tabriz, paramos en Kandovan, el que llaman la "Capadocia Iraní" pero la diferencia es que las casas de Kandovan están habitadas.
Pertenece al condado de Osku en la provincia de Azerbaiyán Oriental cerca de la frontera con Turquía, y tiene unos 700 habitantes.
Parece que los primeros habitantes llegaron a este lugar escapando del ejército mongol.
Pero primero nos metemos una buena "tirada" de kilómetros hasta llegar aquí desde Ardebil.
Ésto fué lo que vimos.
Desde el bus veo el volcán Sahand de 3707 metros. Todavía tiene nieve del invierno pasado.
Pasamos por varios pueblos junto a grandes oasis.
Con fondo del volcán Sahand, aparece delante de mi un pastor y su rebaño de ovejas.
Es unos de los 8 volcanes de Iran.
Por la carretera te puedes encontrar cualquier cosa, parece que el cartón vale dinero.
El chofer.
Por algún pueblito que atravesamos hay puestos de flores.
Pueblitos en medio de la nada.
Lo que hay son nómadas con cientos de colmenas, en invierno van a las tierras bajas y en verano suben a las altas.
Y llegamos a Kandovan al cabo de mucho rato, pero merece la pena.
Además hace fresco y estoy estupendamente.
Lo primero comer que hace hambre.
El bar está dentro de la montaña.
Es muy acogedor.
Hace unos 10.000 años el volcán Sahand arrojó ceniza volcánica y escombros que hicieron que se formara unas formaciones en forma de cono. Hoy esta inactivo.
Una mujer baja por un camino entre las formaciones de rocas.
La gente es muy maja, pide que les fotografíes con alguien de nosotros.
La familia y los guiris ...
Una txiki, que maja, al principio estaba timidilla pero luego le cogió el truquillo, muy maja.
Hay tiendas y si no hay clientes pues bueno es echarse una siestecita.
Las casas están dentro de la montaña.
En las tienditas encuentro toda clase de especias.
Me cambias unos txutxes ? valeeee !!!
mmmmmm qué rico !!!!
Hay que limpiar los cacharros.
Pasear por estas calles tan particulares es precioso, hay algunas con grandes cuestas.
Las casas están excavadas dentro de rocas volcánicas, aquí se llaman "Karaan".
Hay rinconcillos que parece mentira que existan.
Tranquilidad total, no es muy turística, es una gozada andar por estos lugares.
Hay alguna tiendita que vende cosas hechas por ellos mismos. Es muy bonito.
Dentro de una casa nos ofrecen un té, lugar agradable.
La roca mantiene la casa fresca en verano y cálida en invierno, esta zona es muy fria, la temperatura baja a negativos y nieva bastante.
Parece mentira el trabajo que han tenido que hacer para constrir las habitaciones dentro de los conos.
Casi todas tienen 4 pisos, hay algunas también de dos pìsos.
La priemera es para el ganado, las dos siguientes son salas o dormitorios y la cuarta para almacén.
Deambular entre puestos y gente, una gozada.
Calles estrechitas donde, en los sitios más inverosímiles, te encuentras con alguna tiendita.
Nos cruzamos con una vecina.
Los originales conos.
La gente es muy maja y agradable.
Y las cosas que hacen preciosas.
Hay ambiente.
Supongo que estarán pendientes de alguna riada.
Casas de la nueva zona debajo de los conos.
Cualquier sitio es bueno para charlar y comer algo, en invierno supongo que será imposible.
Debajo de los consabidos conos.
Contraste ...
La cuadrilla de chicas, ya me veían venir, alguna ya se había dado cuenta de que las fotografiaba, les hago un gesto de aprobación y sin problemas, a sonreir ...
Aquí posando después del cotilleo.
La calle principal del pueblo, el único lugar para coches.
La orfebrería es muy bonita, ya me hubieses traído alguna pero ... donde lo vas a meter, me increpaban ... vale, vale, pues nada, pero es muy bonita ... ya ... pero ...
Más anbientillo.
Los conos vigilando el pueblo.
y, después de un largo rato, nos fuímos a Tabriz, otro lugar impresionante.
POr la carretera vi otras pequeñas formaciones de rocas. Muy bonito.
Me lo he pasado estupendamente en Kandovan. Es uno de los lugares más bonitos y originales que he visto. Gozada.
Iran me está gustando un montón.
Y, como siempre, la gente encantadora.
Al final he comprado unos estuches y alguna tontería para regalar cuando llege. De tela, muy bonitos. No se dónde los voy a meter pero ya veré.
Seguimos nuestro viaje hacia Tabriz, que, cómo siempre en las entradas y salidas de las ciudades cuesta un montón entrar o salir. Estamos a 62 km. de Tabriz.
Llegamos de noche, con los trastos al hotel, siempre con los trastos arriba y abajo, vuelta para tomar una cervecita y cenar y reconocer el terreno.
Mañana veremos a ver que pasa, ésa es otra historia.
Agur.