Aralar: Larraitz, la cueva de Mari, Uzkuiti, Alotza, Saroiak ...

Kaixo, el 7 de Abril fuímos a uno de mis lugares preferidos para andar, si no el qué más: Aralar.
Este macizo tiene infinitas posibilidades de travesías y de todo tipo.
Hoy iremos por una de las más bonitas por la cantidad de cosas y rinconcillos preciosos que hay para ver.
Hace muchos, muchos años quería ir a la cueva de Mari en las faldas de Txindoki pero según pasaban los años me dedicaba a otras cosas y terminé olvidándome de ese lugar, pero el otro día Larra me comentó que quería ir, yo encantado, parece mentira pero nunca había estado, y, al mismo tiempo, le llevaría a ver lugares con Artamugarris o mugas centrales de Saroi que en Aralar hay varios.
El tiempo nos acompaño aunque hacía un viento sur muy frio que me entraba por todo el cuerpo, sobre todo en la subida a Uzkuiti donde me tuve que poner varias capas, por lo demás un día fabuloso.
Ésto es todo lo que vimos.
Salimos de Larraitz con poco coches, han puesto una escultura.
En seguida empezamos a subir hacia Muitze, en Txindoki ya se notaba el sol iluminándolo.
Pasamos por una piedra que me parece que es la muga entre Amezketa y Abaltzisketa.
Unas flores de San Jose, hay a montones.
Vemos Amezketa, vamos dejando todo debajo.
Una Fritilaria muy bonita.
Y el interior de la flor, ya me había puesto guentes, hace frio con el aire.
Vamos hacia el repetidor y ya vemos allí, muy lejos, la cueva de Mari, debajo del extraplomo.
Por la camino pasamos por restos de bordas.
Este camino siempre me ha gustado.
El sendero hacia Muitze, estrechito y muy bien dibujado.
Vemos nuestro primer objetivo, la Cueva, a la derecha del extraplomo se ven los colores de una ikurriña, la cueva está a la derecha de élla.
Mientras seguimos el precioso camino.
Un abrigo natural, en caso de lluvia viene bien.
Un gran tejo colgado de la pared.
Larraone aparece allí arriba.
Más restos de viejas bordas.
El panorama es una maravilla, pueblos, montes ... Abaltzisketa, Amezketa, Murumendi, Erlo, Ernio ...
Cada vez más cerca del barranco de Muitze.
Un sendero que siempre merece la pena subir, además hoy sólo nos encontramos con un par de personas por estos lugares.
Las cascadas de Muitze, cuando están heladas son impresionantes.
A la izquierda el camino por el que hemos andado.
Poco a poco, ya hemos doblado las cascadas y hay que seguir subiendo.
En seguida llegamos a la parte alta, vemos el sol iluminando todo, calorcillo, las bordas de Muitze o Mugitza y las lomas de Arrubi.
Una bonita Orquídea de Primavera.
Antes de las bordas giramos otra vez hacia un bonito redil camino de la Cueva.
En esta zona hay un humedal con varios tipos de flores, uno de ellos es la Calta palustre, Caléndula acuática o Verruguera (Caltha Palustris).
Desde aquí ya vemos el sendero hacia la Cueva, casi en horizontal hacia el collado verde del fondo.
Casi estamos en el collado.
Doblamos el subsodicho collado para llegar a un lugar fantástico, lor restos de la majada de Txindoki.
Con unas vistas fabulosas ...
... Hacia media Gipuzkoa, Ernio, el embalse de Ibiur, decenas de pueblos, montes ...
El lugar es de película pero con mal tiempo, ventarrón, lluvia ... no aguantaría mucho ...
La alacena de la borda.
Unos metros más adelante distingo el extraplomo, ahí está la Cueva.
La ikurriña que veíamos un rato antes y el agujero a la derecha.
La entrada al antro de la diosa Mari.
Todavía le quedan unos metros, en plena cuesta.
Estamos un buen rato, curioseando, a veces en la entrada y otras cerca.
La entrada, ahí mismo hay un escalón.
Nos metemos, Mari no está, se habrá ido al Anboto en su carro envuelto en llamas ?
La entrada es estrecha, el lugar es increible.
El agujero hacia el fondo.
La entrada se va haciendo más pequeña.
El escalón a la entrada.
La salida de la cueva.
Disfrutando.
No me resisto a volver a mirar hacia el interior.
Hay que tener cuidado con hierba humeda, en este perdido rincón apenas da el sol en todo el año y siempre hay humedad.
El extraplomo que veíamos desde abajo.
Salimos de la cueva, en estos lugares siempre le doy a la imaginación, Mari y todos los genios de la mitología de Euskal Herria ...
Desde luego, la Diosa no eligió mal el lugar para su antro, una verdadera maravilla.
Volvemos sobre nuestros pasos para llegar a la zona de las bordas de Muitze.
Plantas insectívoras, Pinguicula Grandiflora o flor de las Fuentes entre otros nombres.
El redil con los fresnos todavía sin hojas debajo del Txindoki.
Seguimos un poco la regata de Muitze pero la dejamos enseguida, tenemos que empezar nuestra siguiente aldapa.
Hasta otro encantador lugar, la borda de Etitzegi y su artamugarri. Txindoki nos sigue vigilando.
Pero seguimos subiendo, al fondo Auntzizegi, bordas de Egurral y Txindoki y aquí delante Etitzegi y su artamugarri, aún lo distingo entre tanta piedra.
"Dándolo todo" subimos la fuerte aldapa hacia la barrera rocosa de Los Aldaones viendo el collado de Astunalde, Artubi y Oakorri.
Aquí viendo este paisaje y que el ventarron "Sur" me estaba dejando congelado me pongo más ropa.
Bordas de Ariñate, Zabalegi, Artubi, collado de Astunalde y Oakorri, borda de Buruntzuziñe.
Por un sendero muy bien trazado salimos a la loma de Uzkuiti viendo Artubi y Oakorri.
Todavía hay nieve en algún agujero, éste helado de nieve tenía, fácil, un par de metros de altura.
Y llego a Uzkuiti y me encuentro con el guardián del tambor y pastor de ovejas de Aralar.
Las vistas son magníficas hacia Txindoki y Larraone.
Poco tiempo estamos en la cima, ahora tenemos que andar por campas, por rincones que me encantan.
El Ganbo entre muchos otras cimas.
Aralar, siempre distinto, nunca se pasa por el mismo camino, y no hay porqué seguirlo, sabiendo la dirección hay multitud de posibilidades.
Txindoki, siempre ahí pero, al mismo tiempo, devastado, derrotado por tanta gente que lo ha "conquistado" pero nunca vencido, sigue ahí, altivo, desafiante ...
Lomas verdes con "alguien" por allí arriba, seguro que lo está gozando ...
Nos metemos por un pequeño vallecito camino a Alotza, nuestro siguiente objetivo.
Vemos unos montones de piedras juntas.
Son dónde hace años estaban unas torretas de electricidad.
Al fondo Arrubigañe, Ganbo Txiki ...
Cerca de Arrubigañe hay otro monolito.
Llegamos al rediles de la fuente de Alotza.
La zona de la fuente, está muy desertizada, ahora hay mucha más piedra ...
La fuente de Alotza, cuantas historias me vienen a la cabeza, desde hace tantos años ...
El escudo, siempre ahí.
Siempre que llego, me siento y me hago o me hacen una foto, desde la primera diapositiva y papel en blanco y negro que me hice aquí han cambiado muchas cosas, la ropa, esos "bridges", jerseys, periódicos debajo de la ropa, medias largas con esos colores "disimulando" ... gente distinta ...
Es el único sitio dónde hago esta tontería ...
El escudo en uno de las bases de cemento, ahora rota.
De allí venimos, una gozada para los sentidos.
Alotza, lugar especial para mí, pensando mientras echo un trago y picoteo algo.
La piedra dónde estaba la placa de los montes, ahora está torcida, no indica bien, pero antes nos ayudada a orientarnos más o menos hacia los montes que queríamos ir, apenas teníamos un mapa doblado y medio roto, luego llegó la brújula pero ya nos aclarábamos por estos lugares.
Claro, con GPS cualquiera !!!
Pero teníamos que seguir, ya vemos la vieja estela y el monolito de Saltarri.
Las laderas del Kilixketa, lo bordearemo por su derecha, por el Norte.
El monolito de Saltarri y, al fondo, el Arrubigañe, de allí venimos.
Sobre este monolito hay leyendas con los "Gentiles" y cuentan que los pastores hacían apuestas a ver quién lo saltaba de un extremo a otro con los pies juntos, tiene de largo 3,27 metros.
Peña Santiago en el libro de "Aralar" cuenta cosas de éstas.
Dejamos Kilixketa a la izquierda y se abre ante nosotros un panorama impresonante.
El Auza Gaztelu allí abajo, todo el Goierri, Aloña, Anboto y cientos de cimas ...
Viendo el Txindoki nos encaminamos al siguiente artamugarri del día, el de Bilingaratz.
Ya lo vemos, está en medio de un coqueto vallecito con montones de restos pastoriles.
A la izquierda, marcando el centro del saroi de Bilingaratz.
Con sus cuatro marcas que indican la dirección de los correspondientes Baztermugarri o piedras periféricas.
Estudiando el terreno.
Seguimos adelante por el redil y, una vez pasado vemos, hacia atrás el Artamugarri.
Hay un par de piedras que nos llaman la atención, según nos cuentan están ahí colocadas, pertenecerían a alguna construcción, son más oscuras y por esta zona hay afloramientos de este tipo de rocas.
La zona es muy bonita con esos rediles.
Me comentan que en esas toperas se ve la tierra más oscura, puede ser de algunas antiguas hogueras que se hicieron.
Observando la piedra inclinada del fondo vemos de dónde venimos, allí está el artamugarri de Bilingaratz.
Pero hay que seguir, ahí abajo están las bordas de Elutseta encima del Auza Gaztelu, es una gozada andar por estos alejados rincones.
Buena mesa para picar algo.
Algunas de las bordas están renovadas.
Bajamos un poco más, vamos en busca de otro artamugarri, el de Elutseta, está en un pequeño bosque de fresnos un poco más abajo.
Pasamos algunas bordas de la majada.
Y llegamos al bosquecillo, ya distinguimos el mojón, a la izquierda del árbol, en medio del vallecito.
Éste es el artamugarri del sel de Elutseta, también se distinguen sus cuatro marcas.
Junto al árbol.
El vallecito y Txindoki allí arriba. El lugar es una gozada.
Vajamos hacia otro objetivo, vemos el indicador el cromlech de Elutseta con unas vistas impresionantes hacia el embalse de Ibiur, el macizo de Ernio y muchas cosas más.
El círculo de piedras y el Auza Gaztelu.
Txindoki y Elutseta, entre sus bordas hemos bajado.
Seguimos y vamos en busca el saroi de Eizaga, en seguida lo vemos, en medio de ese encantador vallecillo.
Acercándonos al centro del sel.
Con sus cuatro marcas.
Le damos un par de vueltas para verlo y seguimos, allí Txindoki.
Bajamos hasta una alambrada, tenemos que seguirla hasta coger una langa y atravesarla para dirigirnos al bosque de pinos.
Ausa Gaztelu, nos paramos para ver por dónde fuímos hace unos días, lo adivinamos en seguida, por la derecha del espolón, una subida preciosa.
Un poco más abajo seguimos un bonito camino hacia el pinar.
Pero si Aizkorri tiene "su silla", la de la Virgen, en Aralar también, la de "Mari".
Pero hoy no está Mari, está algún primo suyo, algún Basajaun.
Sólo falta una botella de sidra y un par de vasos.
Pero con estas vistas se puede esperar.
Parece que no nos traen la sidra, seguimos hacia el bosque y vemos un cairn que nos indica la entrada.
Una gozada de sendero.
Hasta llegar a Lokatzabeltzako iturri, lugar muy bonito.
Seguimos el ancho sendero, aunque, a veces, se estrecha.
Pasamos debajo de las rocas de Katamotz.
El espolón de Auza Gaztelu.
En este rincón con esas preciosas vistas hay una vieja borda, nos acercamos a ella a ver si vemos algo ...
no encontramos nada pero éso no significa que no haya nada.
Se le ha caido una gran haya encima, una pena.
Pero las vistas son de maravilla.
Allí Txindoki.
Se ven los gruesos muros de la borda.
El haya tenía un gran tamaño.
Aqui vemos muy bien la subida al Auza que hicimos por el arkue de Gongarreta hace un mes.
Seguimos el precioso senderito.
Hasta que llegamos al "Puente Zapata" en el sendero que va de Larraitz al collado de Errekonta.
Una haya trasmocha, ya le están saliendo montón de hojas.
Ya nos queda poco para llegar.
La fuente Narrastegi, el problema que tiene es que el grifo está "allí" abajo.
El ancho camino ya cerca de Larraitz.
Y el roquedo de Txindoki, le hemos dado la vuelta sin querer.
Espinos blancos a tope, un montón.
El aterpe de Zumao.
Y la fuente, ya hemos llegado.
Y ésto es todo, hay montón de coches, nos cambiamos las botas y nos vamos. Una cervecita en Amezketa entra estupendamente.
Comentamos lo increiblemente bonita que ha sido esta salida, hemos visto montón de cosas, la cueva de Mari, hemos pasado por pequeños vallecitos solitarios.
Nos lo hemos pasado estupendamente, una gozada de mañanera.
Agur.
Éste es el track de la salida: