De Ilarduia a Ziordia por los sumideros de La Leze y Lezaun.

Kaixo, el 7 de setiembre fuimos a ver una zona salvaje, a veces penosa de andar pero muy interesante.
El tiempo nublado el cual nos quitaba el posible sol que nos hubiese fastidiado bastante con su calor.
En Donosti estaba lloviendo pero a donde íbamos sólo había niebla.
Visitamos los tres sumideros desde la zona de La Leze a Lezaun subiendo, de paso, al Altzanegi o Artzanegi.
Por debajo de los paredones y por senderos que no existen vi unos hayedos totalmente salvajes en zonas preciosas.

Salimos de Ilarduia, de su fuente, en el municipio de Asparrena.


Por la pista de detrás del pueblo nos dirigimos a la sierra de Altzania, había mucha niebla.


Poco a poco nos encaramamos hacia la zona alta.
El camino entre encinas, a veces excavado en la roca.


Introduciéndonos en la niebla.


Por un momento la niebla nos dejo ver la cima de Artxipi.


Seguimos por el encinar, a veces sin sendero.
Hasta coger la última aldapa al Altzanegi.


A la hora y cuarto veíamos su buzón y poco más.


Flotando entre las nubes.


Y aquí empezó lo mejor de esta historia, a partir de aquí nos metimos por un hayedo salvaje, Sin apenas sendero nos teníamos que guiar con el GPS, pero, eso si, siempre hacia abajo.


Rincones espectáculares, aquí daba lo mismo bordear el tronco por la derecha que por la izquierda.


En un momento vimos la brecha de Koloxka.


Ayudándonos con el bastón, aunque no se patinaba mucho.


Y, por algún perdido sendero, seguimos bajando.


Descendiendo hacia el barranco por donde mejor nos parecía.
Al borde de los paredones de Altzania.
Al pasar entre hojas y árboles caidos, una dichosa gota se había quedado en el filtro, no me daría cuenta hasta unas fotos más adelante.


Después de bajar por inexistentes senderos o muy poco evidentes llegamos a una tuberia de agua, que hay que tener valor para hacerla en esos lugares.


A pocos metros de la erreka Lezea que busca la salida al otro lado de la sierra por la cueva de la Leze.
Habrá veces que no se cómo se podrá pasar de un lado a otro por la cantidad de agua que puede haber.


Seguimos un ratillo entre hayas, árboles caidos y su correspondiente desgaste de riñones para llegar a un rincón increible.
El sumidero de la Leze.


Debajo de los murallones se abre un hueco por el que corre la erreka.


Solitario y salvaje.


El túnel debajo de la muralla de rocas.


La pared está horadada en varios puntos.


Después de estar gozando en este lugar y asombrado con tanta vegetación empezamos la subida al otro lado del barranco.


Allí abajo se queda un increible rincón.


Pero hay que seguir hacia arriba, más o menos en la dirección que indica el GPS o siempre a la derecha de la erreka.
La inclinación es "elegante", con paciencia vamos subiendo entre la hojarasca y árboles caidos.


Y de allí abajo venimos, ya hemos subido algo.


Allí arriba parece que hay niebla, bien, ya queda menos.


Con paciencia.


Por el barranco hemos encontrado alguna antigua txondorra, sabemos que entre ellas antes había senderitos, alguno vemos o creemos ver, pero nos alivia la cuesta.
Y, por fin, un poco de respìro.


Para volver a seguir subiendo, yo voy estupendamente, además, la niebla me ayuda a ver distintos paisajes, una gozada.


Llegamos al collado y, entre la niebla, aparece el Olano Txiki.


En este collado dejamos el camino hacia Egino y seguimos hacia el "segundo sumidero", hay que volver a bajar pero merece la pena lo que voy a ver.
El hayedo sigue estupendo.


Siguiendo la dirección hacia el barranco, y ayudándonos del bastón llegamos al fondo, espectácular.
La luz se cuela entre las nieblas iluminándo de repente el lugar.


El sol nos ilumina el rincón del segundo sumidero, un poquito más abajo.


La erreka viene de la derecha para colarse entre enormes huecos en la base de la muralla.
Se que Basojaun está cerca y, a lo mejor, alguna lamia, pero no me extrañaría que apareciesen dinosaurios ... imaginación al poder ...


Seguimos nuestra travesia, increibles y solitarios lugares.


Esta zona es intrincada, haya que pasar entre piedras que te indican ... nada, hay que guiarse de la dirección por el Gps sin camino.


Pero a la vez que lenta es preciosa, una gozada, pasarás mil veces pero siempre por lugares distintos.
Comentamos que en otoño tiene que estar increiblemente bello.


Unas setillas.


Y otras con colores diferentes.


Seguimos y, entre la arboleda, vemos las paredes de las canteras, dentro de pronto se "comnerán" el monte.


Y, de repente, se abre otro paisaje de cuento, un "Ojo" en un lugar de fábula.
No se oye nada, pero seguro que hay Lamias que nos está vigilando ...


Es un túnel que cuándo estás en el otro lado por el sendero o lo que sea, no ves la salida.
En esas piedras alguien se ha sentado hace poco ...


De aquí hay que volver a bajar al fondo del barranco.


Una seta nos indica el camino.


Sin aparente sendero, e intentando no resbalar, bajamos la cuesta.


Para llegar al sumidero de Lezaun, si el de La Leze es precioso éste no le va a la zaga.


Un enorme agujero por el que da miedo meterse.


A su alrededor hay varias entradas a cada cual más extraña.


Por ahí no me meto.


Exuberancia de verdes.


El lugar es inhóspito, sobrecogedor ...


La erreka por donde el agua se dirije al agujero para pasar el otro lado de las murallas.


Da pena dejar estos rincones, pero tenemos que seguir, seguro que sus moradoras están pendientes de nosotros para volver a seguir peinándose con su peine de oro ...


Subiendo un poco, en otro rinconcillo de fantasía, nos encontramos con la muga entre Asparrena y Ziordia, cubierta de verde musgo.


Un rincón donde también hay hendiduras entre las rocas.


Unas raras setas.


Al principio es subida por un poco evidente sendero hasta que llegamos a un camino que, sin pérdida, nos lleva al collado a la izquierda de la cima de Beorkolarre.
En su día hicieron entresaca y han dejado todos los restos tirados, conclusión: todo hecho una porquería.


Sólo nos queda bajar hacia la pista por el hayedo, ya sin problemas.


Pasamos por las canteras y los roquedos, habíamos andado al otro lado.


Al rato, y yo por lo menos con ganas, vemos la iglesia de la Asunción de Ziordia.


Entramos en el bonito pueblo.


Ziordia tiene varias fuentes, la primera es la de Goiko iturri.


Y la segunda, la de Irutxorroten iturri, agua fresquita.


Y ésto es todo, un recorrido excepcional, mágico, salvaje ... una maravilla.
Gracias a Carlos, él ya había estado varias veces, nos llevó estupendamente, no creo que hubiésemos hecho nada sin él sin volvernos locos.
Echamos las cuentas del recorrido, unos 12 kilómetros en 6 horas ... no me extrañó, y sin apenas paradas.
No sabía que en un par de dias iba a volver por estos lugares para ver otra maravilla: la cueva de Gobazpi, pero ésa es otra historia.
Y sólo nos queda una cosa, después de quitarnos las botas, a pocos metros de la fuente hay un hidratadero ... ahí lo dejo ...
Agur.

Éste es el track de la salida: