Kaixo, seguimos por este bonito pais, el 3 de agosto intentamos subir al volcán Acatenango de 3.976 metros.
El dia anterior habíamos contactado con la agencia que nos iba a llevar, quedamos con ellos y preparamos todo para llegar a la cima.
Sin casi dormir "La Diana" nos despertó a las tres de la mañana, para salir a las 3 y media.
Desayunamos el café y pastelitos que nos traen, todo muy rico, el café estupendo.
En 1 hora nos llevan al inicio, la aldea de La Soledad a unos 2400 metros de altitud. Terminamos de desayunar y con linternas nos preparamos para salir.
Salimos y, en seguida, la compañera se siente mal, nauseas, cabeza ... Entre que llegamos enteayer a Guatemala y todavía no hemos paradoparece que le ha costado más el recuperar.
En ese momento me doy cuenta de que no vamos a poder seguir y, decido bajar al mismo tiempo que me doy cuenta de que la única oportunidad que tengo de subir a este volcán se esfuma para siempre. No puedo dejarlo para otro dia porque seguimos viaje.
Pero no voy a hacer lo contrario de lo que siempre he dicho, seguir para arriba mientras hay alguien que se va hacia abajo sin ninguna ayuda.
Hablamos con el guía, Daniel, en seguida se da cuenta de la situación y llama a la agencia para que vuelvan a buscarnos. Tardan 1 hora en llegar, este pueblo está lejos por la carretera aunque nos han metido por una pista para tardar menos.
Esperando hace frio, todavía no ha amanecido, no hay ningún sitio donde meterse, sentados en unas escaleras esperamos.
De vez en cuando viene alguien y hablamos con él, nos preguntan muy amables, que nos ha pasado, le comentamos y nos dicen que es lo mejor que podíamos haber hecho.
Ya lo se, pero tengo una mezcla de haberlo hecho bien y resignación ... en fin ... no miro hacia el monte. Otra vez será.
El resto del grupo ha seguido hacia arriba, que tengan suerte, pienso.
Mientras amanece con unos bonitos colores, vemos viendo el paisaje, el pueblo no es grande, vemos pasar camiones llenos de gente para ir a trabajar a otros sitios.
El suelo de toda esta zona es lava y tierra volcánica pero muy fértil.
Hablando con la gente se pasa el rato, gente muy maja y amable, con una mezcla de interés por si necesitábamos algo y curiosidad, de donde veníamos, algunos algo conocían, otros ni idea.
Todo se arreglaba a medias cuando nos nombran algún equipo de futbol, entonces si conocen algo más. Dichoso futbol ...
Una vez que nos recogen volvemos al hotel al que llegamos a las 7 de la mañana medio dormidos.
Las personas del hotel se portan estupendamente, a la compañera le dan litros de te, se lo llevan a la habitación, la verdad es que la cuidan de maravilla.
Yo, mientras, paso el rato, leyendo y haciendo fotos a las flores. Hay montón y de variados colores.
Algo hay que hacer para distraerme y no pensar en la oportunidad perdida de subir a un volcán en este pais, pero ... paciencia ...
me consuelo pensando que en un mes estaré en los Alpes viendo otros paisajes impresionante con gente estupenda, el que no se consuela es porque no quiere ...
Los dos grupos, unos había subido al Pacaya y otros al Acatenango llegan todos bien, un poco de envidia ya noto.
Se va recuperando poco a poco y a la tarde nos vamos al cento a dar vueltas y ver cosas que todavía no habíamos visto.
Nos juntamos para echar cervezas y unos chupitos de ron. que rico es el ron de aquí !!!
Ésto es lo que vimos ese dia.
El Acatenango, lo que pudo ser y no fué.
El amanecer desde la aldea de La Soledad.
Las flores del hotal San Jorge, para pasar el rato. Tienen unos colores impresionantes.
Algunas no las había visto nunca.
La Antigua Guatemala es una ciudad muy bonita y turística, en las faldas del volcán de Agua.
La calle del hotelito.
Todo los dias se pasaba en este lugar.
En la plaza central.
hay varios grupos de gente esperando, montones de colores.
En los arkupes de la plaza estaban todo el dia, vendiendo cosas, allí mismo comían.
El interior de una iglesia, estaban todas llenas de imágenes, grandes telas que cubrían diferentes rincones.
Vendiendo a la entrada de una iglesia.
Pero, a veces, le vencía el sueño.
El Cerro de La Cruz, allí estuvimos ayer a la tarde.
Aquí debe vivir un ebanista.
El templo de san Francisco.
Ha sufrido varios terremotos y algunas iglesias están bastante destrozadas.
No hay nada mejor que callejear viendo cosas.
Hay montón de cafés, restaurantes, pizzerias, puestos ambulantes de pollo y cosas ricas, éstos últimos son muy baratos y sin ningúnproblema para comer y, si de paso, hablas con el que te está haciendo la ración pues mejor.
Juancho y su bicicleta.
La iglesia de La Merced.
Siempre hay gente vendiendo cosas.
Una de las plazas, todavía no hay mucha gente pero en cuanto anochece hay un gran ambiente.
La calle principal, no se cuantas veces pasé por debajo de este Arco del antiguo convento que allí había.
Otra iglesia medio derruida, le faltaba parte del tejado.
En su interior, al aire libre, se guardan las imágenes para las procesiones de Semana Santa, algunas dan miedo ...
En esta tienda había de todo y de todos los colores, yo prefería comprar fuera, así hablaba con la gente.
Ya empieza la gente a juntarse en corrillos.
"Túnicas y más", y helados, yogures, y montón de cosas de lo más impensable.
No llegé a saber que se vendía aquí.
El ya visto montón de veces, el volcán de Agua.
Atardecía, encontramos una terraza desde donde se veía la plaza y el ambientillo.
Gente de todo tipo, trajes y demás ...
Un momento muy bonito para echar unos "roncitos" en buena compañia.
Después de este dia, intenso, denso y largo, estabamos cansados, ya todo había pasado, me he quedado sin volcán ... bueno, otra vez será.
Mañana iremos a otro sitio.
Agur.