
Kaixo, seguimos por Guatemala, Hoy nos vamos de Atitlan para ver otros lugares, pueblos con mercaditos
con un ambiente impresionante, y unas fuentes termales que algunos y algunas aprovechan para darse un
baño y otros aprovechamos para tomarnos una cervecita fresca.
Las carreteras siguen teniendo montones de curvas, cuesta para arriba y cuesta para abajo, además
tienen cientos y cientos de "túmulos" que es a lo que aquí son los "disuadores de velocidad" o en otras palabras,
o vas más despacio o rompes los amortiguadores del coche.
O sea, mucha paciencia en la carretera, pero tienes tantas cosas que ver mientras vas viajando que se te pasa rápido,
aunque de vez en cuando la riñonada proteste, pero estoy o no estoy de vacaciones?, pues a fastidiarte, me digo.
Bueno, ésto es lo que vi y me lo pasé estupendamente.
A primeras horas en el hotel "Bambú" en el lago Atitlan, con la mochila preparada, unas luces que lo llenaban todo y, de repente, apareció una Katagorri,
ya me costó sacarle unas fotos, detrás de ella y notándo que me tomaba el pelo, hasta que se apiadó de mi y posó así de elegante.
Para desaparecer y no volver a verla. Ya le había dado un poco la "lata".
Volvimos en la barcaza a Panajachel, últimas vistas al lago y coger el bus.
Durante el camino, hablaba con Alfredo, el conductor, buen hombre, me lo pasé muy bien con él, haciendo risas.
me comenta que por aquí hay una fruta llamada Pitaya, o también Pitahaya, es una especie de cactus, muy resistente
a la falta de agua, me dice que es muy rica, yo no he tenido la ocasión de probarla.
Al cabo del rato llegamos a un pueblo llamado Nahualá, son de etnia Quitzé.
Aquí nos pasó un "sucedido". A la entrada del pueblo nos pararon los "municipales" para pedirnos 10 quetzales para entrar
con el bus, bueno, 10 quetzales tampoco es mucho, pero la cosa es que cuando le pagamos nos dijo que no podíamos
entrar porque había mercadillo ...en fin, cosas de la vida.
Los habitantes de este pueblo son, sobre todo, agricultores, recolectan maiz, café, frijoles y montón de cosas.
Aparcamos ahi mismo y nos dirijimos a ver el mercadito y sus gentes.
Ahi vamos, con Alfredo, dirigiendo a sus huestes.
En seguida me metí de lleno en el batiburrillo de gentes, cosas y más cosas de todo lo imaginable.
Casi no había sitio para pasar, un pasillo estrecho pero yo no me daba cuenta, bastante tenía con ver todo lo que había que ver.
Montones de tipos distintos de semillas.
Un puestito de frutas, se llaman "Lichas" o más en general "Rambutan".
Ando sin darme cuenta de por donde voy, de vez en cuando miro el reloj para ver cuanto tiempo me queda, todavía bastante, bien !!!
No se de qué estarían hablando estas dos personas, me acerqué pero no entendía nada, sería por el precio de las frutas ... ?
Saqué la foto disimulando y me fuí.
En medio de este increible y tremendo mercado, me di de bruces con la iglesia. Gente esperando en la placita.
Construida en 1910, se dan misas en Quitzé y castellano.
El interior, lleno de velas, armaritos con figuras ...
Una pareja entrando, en esta zona los hombres van vestidos con una falda.
En el cartel: "Respete la casa de Dios, no tirar basura".
La foto está medio borrosa, es que se me "escapaban" y no me daba tiempo.
Seguía deambulando, las ropas de la gente llenas de colores.
Es una zona donde se cultiva, sobre todo, cebollas.
Haciendo el pago entre kilos y kilos de patatas.
Voy sin rumbo fijo, vuelvo a la plaza de la iglesia rodeada de arkupes. Me sirve para volver a orientarme.
Gente con sólo unos pocos tiestos para vender ...
Es tremendo el jolgorio que hay, muchos están diciendo en alto lo que venden y el precio, en Quitzé desde luego.
Había unos bancos en la plaza, buen sitio para sentarse, descansar y ver gente pasar y oir el "cristo" que había.
Te impregnas de todo y no te acuerdas de nada más.
El aitona todo elegante.
El traje típico.
Otro gringo ...
Hablando, tranquilamente, sin prisas, era acojonante estar en este increible lugar ...
Y estaba tan ensimismado que no me di cuenta de que estos chavales me vendían cosas.
Hola !!!, Hola !!! que majos, en seguida se enrollaron, de donde venía, que cómo me llamaba, yo encantado estaba.
Y vosotros ? pués Berta, Israel, Luis y Moisés, menuda cuadrilla.
Estudiaban, pero también tenían que vender cosas.
Ahi estuvimos un ratillo, yo pensando que les podía comprar, papel de water Flamingo?, menos mal que Moisés tenía chicles,
No se cuántos le compré pero el rato que pasamos los cinco mereció la pena.
No me acuerdo si les pedí que me dejasen sacarles una foto o me lo pidieron ellos. No hubo problemas, encantados.
Me despedí de ellos, que tengan suerte.
Toda la familia, me parece que el chaval me vió.
Vendiendo ... que vendía ...
Seguía dando vueltas para arriba y para abajo, mirando ...
Contrastes ...
Plátanos, "Lichas"...
A gusto va el crio.
Más plátanos, limas ...
Miro el reloj, si ya hay que irse !!! pero por donde ? miro hacia arriba buscando algo que se parezca a la iglesia,
encuentro su torre, bien, entonces hacia allí.
Salgo del pueblo, de su "ruido", alboroto, que a gusto he estado, me acuerdo de los chavales, habrán vendido mucho
papel higiénico ? muchos chicles ? ojalá sea así.
Unas salen.
Otras entran.
Delante de mi hay una tienda de dentista, me palpo los dientes, pueden aguantar, menos mal, pienso ...
Sigue el paso continuo de gentes, muchos volverán a sus pueblos, a varios kilómetros o más, andando ...
Me subo en la furgoneta, comentamos que hemos visto, escribo algo para no olvidarme, anque lo más importante, lo que has
sentido no lo puedes escribir, pero son cosas que no se olvidan facilmente.
Al rato paramos en la afueras de Nahualá, "parada técnica" que se dice.
Y, no se cómo, aparezco en el bajo de una casa donde había un taller de carpintería.
Había montón de máscaras y el carpintero estaba trabajando, le pregunté sobre las máscaras, si las vendía, de que madera eran,
empezamos a hablar de su trabajo, me enseño lo que hacía, una persona amable, buen tipo.
Me encanta la madera y las máscaras, me hubiese llevado todas, regateamos un poco, pero sin gran convencimiento por mi
parte, lo que quería era hablar con él, mientras, hacíamos unas risas por un par de quetzales más o menos.
Le compré un par de ellas, no tenía más sitio y se que me iban a decir que a donde iba con todo éso.
Se llamaba Miguel y era artesano de la madera.
Le dje que si no le molestaría que le hiciese un par de fotos. Me contestó encantado que sin problemas.
El mismo se puso manos a la obra.
Le pedí si tenía alguna tarjeta o algo así, que le haría propaganda, buscando entre viejos cajones, sacó un papel,
me escribió la dirección y todo orgulloso me leyó lo que había escrito.
Miguel Tambriz Tzaj
Nahualá Sololá
Artesanía San Miguel.
Nos despedimos.
Si alguna vez pasáis por su taller, entrar, comprarle algo sólo por hablar con él.
Todo un personaje encantador. Una gozada.
Sin darme cuenta, se me había hecho tarde y me esperaban, corrí al final para que viesen que iba apurado ... venga,
que te dejamos en tierra !!! pues nada, me volvería a hablar con Miguel, el artesano de la madera de Nahualá.
Seguimos hacia Xela o Quetzaltenango y pasamos por un enorme valle con un volcán, muy fertil y todo verde.
Aquí se libró una batalla entre el conquistador español Pedro de Alvarado y Tekun Umann, el último jefe de los maya Quitzé en
Guatemala. Éste es considerado el más representativo de los Quitzé por su valentía, protegió a su pueblo y fué declarado
oficialmente héroe nacional en 1960.
Vestía un tocado de plumas de quetzal.
Hay muchas leyendas sobre éste gran príncipe maya y tiene una estatua en la ciudad de Quetzaltenango.
Mientras seguíamos ruta, pasamos por Almolonga, "ciudad donde brota el agua" por las fuentes termales que tiene.
Vi una casa con un rótulo que ponía: "Auto-hotel Pasiones en Secreto", le pregunté al chófer que era éso, no me respondió, se
echó una carcajada con lo que ya me dijo bastante ...
Almolonga es una zona rica y produce muchas hortalizas industrialmente, sobre todo cebollas.
Al rato llegamos a Zunil, otra ciudad rodeada de volcanes a 2700 metros de altitud. Había que parar un ratillo. Tiene un mercado
al por mayor.
En esta ciudad vi las hortalizas más grandes que haya visto nunca, no se cómo lo hacen pero supongo que será a base de abonar
industrialmente.
Los vestidos son muy coloridos, las camisas tienen variados colores y se llaman "Huipil".
Nunca había visto zanahorias de este descomunal tamaño, si es verdad que las zanahorias protegen la vista, esta gente tiene
que ver estupendamente.
Mientras estaba viendo todo lo que había alrededor esta txiki no me quitaba los ojos de encima.
Hasta que le fotografié así de maja.
Este chaval en horizontal.
Todo tenía un tamaño increíble. Rábanos, berzas ...
Las especias ya eran más normales.
Me encontré con la iglesia de la época colonial, toda pintada de amarillo.
Me metí, llena de flores e imágenes de todo tipo.
Los autobuses en "boxes".
Paciencia.
Que gran carnicería.
Nos metimos en el mercadito, que bién.
Comprobando el peso.
Y pagando ...
Una tiendita.
Y nos despedíamos de Zunil.
Seguimos nuestra ruta por una sinuosa carretera llena de curvas hasta las Fuentes Georginas.
Son unas fuentes termales a 2800 metros de altitud, que aunque fuera hacía fresco y mucha humedad, también a cuenta de la
fuerte niebla que había, sus aguas salen a 31 grados en las cinco piscinas que existen.
Mientras algunas se metían en el agua ...
... y cómo me habían dicho que con esa humedad sudabas mucho me fuí a la taberna a berberme una "Gallo" y leer un
periódico que había por ahi. Tranquilidad y ver el ambientillo. También comimos, sin problemas.
Entre la niebla y la evaporación del agua se veía bonito.
A causa de la humedad la vegetación es enorme, hay unos grandes helechos que les llaman "Paraguas de pobre".
subimos al bus, y, desde dentro, volvimos a ver por última vez al pueblo de Zunil.
Y después de más curvas y más curvas, llegamos a Quetzaltenango, Xela o Xelajú. Está a 2357 metros en el altiplano y suele hacer frio.
Tiene alguna de las Universidades mejores de Guatemala y varios centros educativos.
Es la segunda ciudad más importante de Guatemala y tiene una historia muy interesante.
Unas vueltas, comentar todo lo que habíamos visto, una cena frugal y un cafecito en un bar con una terraza
desde donde se veía la plaza y algún monumento.
Una panorámica de la plaza.
Pulsa en la foto para verla en grande.
Ya anochecía, había visto lugares preciosos con gente maja, me acordaba de Berta, Israel, Luis , Moisés el chaval de los chicles,
de Miguel el maestro carpintero, de esas grandes zanahorias ...
Agur.
Menudo colorido de fotos, un viaje fantástico.
Kaixo Andua, gracias por haberlo visto. Si, es un viaje majo con muchas posibilidades. Aio.