Kaixo, ayer llegué a Isfahan, después de 485 km desde Shiraz, bastante destrozado, pero hoy ya es otro día.
Esta ciudad es muy bonita, tiene unos palacios y unas mezquitas impresionantes, una de las más espectaculares
que he visto hasta ahora.
Los azulejos que adornan las paredes de los edificios hacen que, a veces, parezcan de porcelana.
Hace calor aguantable y, al estar a 1600 metros de altitud, al atardecer se está muy bien.
La novela de "el médico" de Noah Gordon está ambientada en esta ciudad.
Merece la pena una visita.
Y le gente, increiblemente amable.
&Eaacute;sto es lo que vi:
El palacio Hasht Behesht o de los "8 Paraisos", es de finales del S. XVII, Safavida.
Es precioso. El lucernario es impresionate. Está allí, pero allá arriba.
Una maravilla de decoraciones.
Me cruzo con otra turista.
Está rodeado de jardines y fuentes.
Es uno de los pocos que quedan de los muchos que había, pero los Kajares en el S. XIX destruyeron casi todos los palacios
Safavidas en Isfahan.
La gente se junta para preguntar cosas. Esta mujer es del Kurdistan.
Hay zonas que están reconstruyendo y no se pueden ver, para otra vez.
Mucha gente de la ciudad viene a este lugar a pasear.
Mientras vamos a otro lugar despertamos "curiosidad".
Entramos en la Gran Plaza, Naqhs-i Jahan, o "retrato del mundo", es la segunda del mundo después de la de Tiananmén en Pekín.
Tiene 500 metros de largo por 250 metros de ancho.
Al principio no tenía estanque de agua porque se usaba como campo de polo, y estas columnas eran las porterías.
Tiene como cuatro pilares, al norte de la plaza está la entrada principal del bazar, símbolo de economía, al sur, donde estamos,
está la entrada de la mezquita Shah, simbolo de religión, a la derecha está la mezquita de Lotfollah, que es, en realidad,
una madrasa, una escuela de crios pequeños, símbolo de educación, y, al oeste, el palacio de Ali Qapu, sede del gobierno,
símbolo de política. Todos se unen en esta imponente plaza.
Hay calesas de caballos que llevan a la gente a dar una vuelta por la plaza.
Y llegamos a otra maravilla: la Mezquita Meidan-e Shah que después de la revolución la han renombrado como la de Jomeini.
El portal de entrada, bóveda de estalactitas revestida de azulejos.
Las enormes puertas de madera.
La entrada entre persas.
Son impresionantes la decoración de sus azulejos, mires a donde mires son siempre distintos.
Pasear por aquí tranquilamente. Se te olvida el calor.
Es una preciosidad.
El Iwan Sur.
Al hacerla, los safavidas han añadido azulejos amarillos. Antes se colocaban casi todos de color azul.
Mali, la guía, nos explica las características de los azulejos.
Que bonitos.
Fué construida en el S. XVII por Shah Abbas I, gobernante safaví.
El patio central y la fachada del iwan norte. Detrás está el portal de entrada y sus dos minaretes, se construyó a
45 grados del eje de la mezquita para orientarlo hacia la Meca.
Debajo de la gran cúpula el eco repite la voz siete veces.
Interior de la gran cúpula sobre el santuario principal.
Preciosos azulejos con escenas del paraiso con montón de figuras de animales.
Los ojos que todo lo ven.
Mientras vas andando te asombras de los colores, siempre distintos.
El iwan sur, que da acceso al santuario principal con la gran cúpula.
Todo decorado con bonitos azulejos.
Descanso para ver tantos colorines.
Salimos al bazar que rodea la plaza.
Es uno de los más grandes y antiguos de Oriente Medio, del S. XVII.
Mezquita del Sheij Lutfallah. Interior de la sala principal del Mihrab, bajo la gran cúpula.
La luz que viene del exterior se refleja en la cápula y se forma la cola de un pavo real que es el emblema real de los persas.
El Mihrab, nicho, ornacina o habitación, indica hacia donde hay que mirar cuando se reza y, normalmente está orientado hacia la Meca.
Desde la plaza se distingue la mezquita Shah con sus cuatro minaretes.
Sacando fotos y la curiosidad aumenta.
Esta cuadrilla de chicas en seguida se fué acercando.
No se cuántas fotos nos hicieron.
Y éstos también.
Y se mezcló la cosa.
Son muy majas, les encanta sacarse fotos con otra gente.
Posando a tope.
Y a mi que no me gusta salir en las fotos, es la primera vez que salgo con tantas chicas ...
Una cuadrilla muy maja, la gente es encantadora.
Subimos al palacio de Ali Qapu.
Desde aquí hay una soberbia vista de la plaza, los jardines y la Mezquita Shah.
La mezquita del Jeque Lotfollah del S. XVII.
Una panorámica de la plaza.
Pulsa en la foto para verla en grande.
La mezquita.
La terraza del Palacio. También fué destruído en la época Kajiar pero reconstruído poco a poco.
Está decorado con pinturas y oleos persas.
En el último piso, hay una sala de música safavida.
Es una preciosidad. Aunque parece madera, es estuco de yeso.
Según el tamaño y forma del hueco, el aire se comporta distinto por los diferentes coeficientes de absorción.
Toda una historia.
El fin es decorativo y acũstico.
La cubierta de la sala.
Seguimos al bazar.
Para comer en un restaurante cosas muy ricas.
Un guiso estupendo de cordero: Khoresh, con berenjena: Badenjan.
Fesenyan: estofado con zumo de y granada y nueces. Con Alu (ciruelas), Beh (membrillo), Dolmeh que son unos pimientos
rellenos de carne y Kufte que son albóndigas.
Las tortitas de pana se llaman Lavash.
Pues todo estaba muy rico y ésto es lo que quedó.
Después de comer estupendamente salimos a la plaza.
Y había que dar un paseo por el bazar e ir a un lugar para tomar un té.
Este chaval ni se cortaba, muy majo.
Hay un serie de viejas casa de té, una de ellas es Azadegan.
También se puede comer.
Entras y te quedas asustado de los miles de cachivaches.
El ambientillo es inenarrable.
Lamparas de todo tipo, cuadros, cosas que no tienen que ver unas con otras.
Aquí hasta las mujeres fuman pipa y de varias generaciones.
Con el té, te dan unas piezas grandes de azucar.
Ésta es la parte donde más se fuma. Una gozada.
Una pareja de chavales.
Entro en un patio interior con muchas cosas curiosas. Maderas ...
Talleres de orfebrería con una desorganización organizada.
Baúles, menudo peso ...
La placita, merece la pena estar un momento viendo cosillas.
De nuevo en el bazar, este vendedor se ha mimetizado con las cajas y aprovecha para echarse una siesta.
Volviéndole loco al vendedor para comprarle montón de cacharritos.
Pórticos de entrada al Bazar.
Preciosas cerámicas.
Éste no necesita mimetizarse.
El portal de entrada a la Mezquita, bóveda de estalactitas revestida de azulejos.
Tiendas, gente, motos ... me encanta andar por estos lugares.
Deambulando paso por alguna plaza tranquila, había una con una cafetería pequeñita dirigida por mujeres y
con un café estupendo.
Especias de colores.
Un orfebre, hay muchos en esta ciudad.
Con un clérigo, las preguntas de siempre, muy amable, pero cuando alguna chica quiso meterse en la foto, en
seguida le salió "la vena", "women no", en fin .. con su turbante se lo coma ...
Todavía nos quedaba un buen rato para pasear y ver cómo, segũn anochece, sale la gente de sus casas y abarrota
esta inmensa plaza.
Familias enteras conversan entre ellas, si ellas se asombran al verme, yo también al ver semejante
espectáculo.
Y cenar? pues en un restaurante donde tuvimos que esperar un ratillo, pero en seguida nos hicieron un hueco.
Un lugar enorme que merece la pena: Shahrzad o Sherezade. Y se come bien.
Y ésto es todo, un dia estupendo, que, aunque he terminado cansado de tanto andar y andar, me ha encantado.
Agur.
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