Kaixo, 5 de diciembre del 2023, seguimos en Paksé, hoy veremos cosas muy bonitas, unos templos preciosos y mercados impresionantes donde veré de todo.
A las ocho de la mañana me dispongo a desayunar, la temperatura subirá hasta los 26º pero no se está mal.
Paksé está en la meseta de Bolaven, dentro de la provincia de Champasak.
Capital del reino Laosiano de Champasak hasta que fue abolido en 1946 cuando se creó el Reino de Laos.
Está en la unión de los ríos Mekong y Xé.
Por aquí anduvimos.
El hotelito es una gozada, fuera de la ciudad, tiene un precioso jardín y un estanque que da una agradable sensación, es el Xuan Mai Garden Resort.
Además, la gente del hotel es una delicia.
Y empezamos a ver cositas, el templo Vat Chompet y su imprescindible Gong.
Por el tamaño se tiene que oír muy lejos.
Hay muchos monjes aprendiendo.
Estamos casi solos, tiene varios templos a cada cual más bonito.
Nos metemos en su interior, hay poca gente haciendo ofrendas y rezando.
Cientos de figuras de Buda.
Ofrendas.
Tiene un gran patio coronado por Buda y montones de pequeñas estatuas.
La talla tiene 30 metros de altura.
Y algún monje que se cruza en mi camino.
Curioseando entre las bonitas estatuas.
Hay estupas y varios templos a cada cual más bonito.
Es una preciosidad aunque le falta alguna mano de pintura.
Hay que echar algún rezo ...
Hace calor, pero merece la pena dar unas vueltas viendo otra estupa.
Parece de juguete.
De vez en cuando, casi sin oírle, algún monje viene y va.
Hay una zona en un bajo con más cositas.
Unas columnas que sostienen el templo y varias campanas.
Y estatuas de Buda, estos edificios son relativamente nuevos, aún no sabrán donde colocar las figuras.
Hay zonas que todavía no están a la última.
Un grupo de monjes, aparecen de repente y, a sí mismo, desaparecen.
Parece que hace calor ...
Es un lugar muy bonito y da gusto pasear ya que apenas hay ruidos.
Nos juntamos con un grupo de jóvenes monjes.
Las sonrisas están aseguradas.
Sobre todo, curiosidad, nos intercambiamos los nombres, soy incapaz de escribir tal como los pronuncian.
Cuatro caras distintas.
Antes de salir descubro un nuevo templo, me parece que es el primero que veo que tiene pisos en este país.
A la salida del templo hay un montón de pequeñas estupas.
Muy cerca del templo está Ban Chomphet, éste es un pueblo donde están los escultores de piedra.
Algunos están más terminados que otros.
Hay de muchos tamaños y otros ya están medio pìntados.
Junto a las casas los escultores van esculpiendo las figuras.
Entre las casas todavía vemos más pequeñas estupas.
Nos vamos de este bonito lugar para llegar a otro que, también, es una preciosidad.
El templo budista de Vat Luang del siglo XX.
Uno de sus templos que esta protegido por las serpientes Nagas.
Todo totalmente dibujado y, con este día, sobresalen los colores.
Wat Luang es uno de los más antiguos y bonitos de los 20 Wats del centro de Pakse.
Un pequeño estanque quita la sensación de calor.
Nenúfares y Lirios de agua.
Pequeñas estupas, curiosear entre ellas es una gozada, además, no hay gente, todas para mí.
Me meto en el interior del templo principal, como siempre no hay ni un pequeño rincón sin adornos.
Es muy importante para el budismo de Laos, se construyó en el año 1935 y ha sido restaurado posteriormente.
Una gran estatua dorada de Buda preside el salón de congregación.
Dentro hay unas pinturas que describen la vida de Buda y otros mitos.
Al principio era escuela budista pero luego pasó a dar a los monjes, aparte de escuela, cursos de inglés, negocios y estudios culturales.
Hay varios santuarios funerarios con las cenizas de la familia real de Laos, también las del ex primer ministro que pertenecen a la época prerrevolucionaria.
El lugar es una maravilla.
Salimos un momento a ver el río Xe Don, tiene que haber buenos amaneceres y atardeceres desde aquí.
Coquetos tejadillos.
Seguimos vagabundeando y descubrimos nuevos rincones.
Según las gentes del lugar, Buda dejó su huella en estos terrenos.
Estatuas de Budas negros, protegen de las energías negativas.
Vamos a otro lugar, por el camino y en cualquier lugar hay templitos de todo tipo.
Por el camino veo muchos puestitos de distintos tipos de comidas ...
Pasamos por delante de la Catedral del Sagrado Corazón.
En Laos, aunque pocos, hay católicos, alrededor del 2% de la población.
Al ser Navidades en unos pocos días, estaban llenando todo de lucecitas y cosas típicas de esta época.
El interior.
Pasamos por un mercado, todo son sorpresas en estos lugares, nos encontramos con una calle llena de puestos de animales vivos.
Unas cabras entre las hojas de los árboles.
En unas grandes cestas hay gallos y gallinas.
Esperando a los clientes.
Aunque a alguien ya se le han cerrado los ojos.
La pareja de críos muy majos, sobre todo la chavala que me seguía con la vista, unas fotos, unas sonrisas y yo feliz.
Tardé unos segundos en darme cuenta de que había cerdos ahí dentro.
De varios colores.
Me despedí de los chavales, un par de sonrisas y listo.
Cerca está el mercado matutino de Talat Dao Heuang, el más grande del Sur de Laos.
Es enorme y encuentras absolutamente de todo y, además, está ordenado.
La báscula de siempre, son todas iguales.
Me encanta pasear por estos estrechos pasillos viendo cosas que no sabes que son ni preguntando, mi nivel de Laosiano tiende a cero.
No sabía a dónde mirar, es caótico pero ordenado, una maravilla.
Por huevos que no quede.
En las calles más anchas hay puesto de cebollas, piñas, zanahorias, plátanos ...
Siempre esperando.
Otra zona de ropas, inmensas cantidades de ropa que la mayoría son chinas.
Pequeñas cocinas donde hacen de todo.
Naranjas con botellas de cosas totalmente dulces y unas "Beerlao", se me iba la vista ....
Es enorme, tan pronto te quedabas sólo como rodeado de gente, una gozada.
Todo preparado para hacer frituras.
Un pequeño bar, uno de los muchísimos, en uno de estos comimos, cosas ricas fritas y con cerveza.
No se entiende nada de los carteles, pero tienen las cosas a la vista, solo tenía que apuntar con el dedo lo que quería.
Deambulando paso por otra zona de ropas, aquí hay pañuelos para medio mundo, y, si no hay clientes, una siestecita siempre viene bien.
La zona de los brillos, deslumbran todos los collares, aros y demás parafernalia.
Al lado hay una gran zona de hierbas medicinales y teléfonos móviles.
Mientras gente del grupo compra ungüentos y cosas de esas, yo me siento en una mesa de un baretillo a comer un helado y beberme un rico café, hoy beberé alguno más de la cuenta y, a la noche, lo pagaré.
Mientras saboreo el café, veo al agente de seguridad, todo el rato mirando al móvil.
Y dos chicas modernas con sus correspondiente móviles y cervezas.
No hay mejor cosa que sentarse en una mesa y ver pasar gente tan distinta.
Sigo curioseando, en pocos metros cambian los puestos, verduras y pescados es fascinante.
Cebollas, naranjas ... lo que se te ocurra.
Enorme la sección de carnicería.
La gente viene en moto, compra y se va, todo en un momento, no hay que guardar cola.
Una cabeza para el caldo.
Por aquí no se desperdicia nada.
La báscula.
Hay cientos de puestos separados por estrechos pasillos.
Y huevos? a miles.
La carne se acompaña con salsas que venden en botellas.
De repente, una pescadería.
Barreños llenos de peces, ranas, pieles de búfalo y muchas más cosas increíbles, aromas diferentes, colores, tanto al aire libre como en el interior, impresionante lugar con un ambiente increíble, ves la vida diaria de este país.
Pero, después de un buen rato pasándomelo estupendamente entre los puestos vamos al templo de Wat Phou Salao.
Sólo son 123 escalones.
Según subo las vistas es extienden hacia las casas y el río Mekong.
Se construyó en 1888 por los tailandeses.
Tiene unas vistas espectaculares sobre el río Mekong.
Una panorámica.
Pulsa para verla en grande.
Hay cientos de Budas sentados o tumbados y rodeados de flores.
El conjunto de templos es una preciosidad.
No tengo problemas para entrar en el interior, hay varios devotos.
Me pierdo entre bonitos rinconcitos.
Está todo coloreado menos la preciosa imagen.
Una sonoridad increíble.
No hay muchos guiris en la zona, se anda a gusto.
La enorme estatua dorada da sensación de sosiego a estas horas del atardecer.
Hay que sentarse en las escaleras y ver cómo va anocheciendo.
Aparecen unas florecillas escondidas.
Paz y tranquilidad viendo el Mekong.
De vez en cuando aparecen gente de la zona o de otras del país.
Diversión y devoción.
También ellos se sacan montones de fotos.
Es una familia, mañana nos reconoceremos en las ruinas de Vat Phou y echaremos unas risas.
Qué maja, mirando a la cámara no conseguía meterse el zapato.
El puente que hay que cruzar para ver este templo desde Pakse.
Iba oscureciendo y había unos bancos para ver el anochecer.
Pero yo a lo mío, a ver gente.
No se las fotos que se hicieron para la posteridad, yo aprovechaba a tope, lo sabían, pero no me decían nada, una sonrisa lo arreglaba todo.
Había una chica pakistaní, debajo de 25 metros de estatua dorada.
Magnífico visor del anochecer.
Veo las luces de Pakse.
Y la puesta del sol, no se oye nada en algunos momentos, una delicia.
La serpiente Naga también ayuda a que el anochecer tengo "algo" más.
La gran estatua de oro y la chica pakistaní arreglándose el pelo.
Y esto es todo por hoy, he visto muchas cosas, pero lo que más me ha impresionado han sido los mercados, un enorme lugar donde se mezclan olores, colores, formas, gente distinta que va de un lado a otro comprando cientos de cosas, una bestialidad de lugar.
Pero mañana nos vamos de Pakse, más de dos días en el mismo sitio por ahora imposible, veré cosas preciosas, pero ésa es otra historieta.
Ahora toca ducha, cenar, cervecita, sueño ...
Agur.