Kaixo, 28 de noviembre, seguimos en medio de la selva, aunque cerca de la carretera, haciendo este bonito y sencillo trecking.
Por aquí anduvimos.
He dormido más o menos, hay bastante humedad y se me han quedado los pies fríos, aunque hay trucos para solventar esto.
En medio de la selva, en el fondo del valle hemos dormido.
El paseo de hoy, subir al collado y bajar hacia un camino que nos lleva al pueblito de Nalan y, después de comer algo más adelante, pasar otro colladito y terminar en la carretera, donde nos recogerá una furgoneta, para volver a Huay Xai.
Ayer empezamos en Chaleunsouk para domir en las chozas.
Todo es zona de selva y el valle de la aldea de Nalan entre lomas.
Para las seis ya hemos abierto el ojo, hay mucha niebla lo que lo hace muy bonito.
La hoguera, no hace aire, da ambientillo, medio dormido, se está a gusto.
Rodeado de grandes árboles.
Da sensación de soledad, no se oye nada.
Me alejo unos metros, menos por el sendero no hay forma de salir de aquí.
El pequeño wáter, justo, justo.
Terminamos de recoger los sacos y las esterillas que nos las han dejado la organización.
Frutos.
Después de desayunar arroz y más cositas salimos hacia un colladito.
En medio de la selva encontramos una especie de refugio, la selva da absolutamente de todo para sobrevivir.
Los troncos de bambú se usan para todo.
Pasamos un riachuelo, menos mal que no es época de lluvias.
Poco a poco, según bajamos, salimos de la selva, al mirar hacia atrás, todo es verde, intrincado ...
Según vamos bajando al fondo del valle, vemos el camino que nos llevará al pueblito.
Muy bonito y agradable.
El valle se abre entre campos cultivados y recorrido por el río Namngeen.
Grandes campos, ahora no hay nada, no es tiempo de cultivos.
El rio ayuda con el agua.
Nos encontramos con una bonita casa.
Y entramos en la aldea de Nalan.
Uno de nuestros guías, Peng y su familia, son originarios de aquí.
El sendero al pueblito es muy bonito y nos rodean muchas flores rojas.
Entramos en Nalan, un encantador lugar, tranquilo, calmado, paz ...
Mazorcas de maíz secándose.
Todas las casas son iguales, palafitos, supongo que, en época de lluvias, todo esto se tiene que inundar y el río que, además está al lado, ayudará a esto.
Vemos poca gente.
Tranquilidad.
Llegamos a una especie de placita donde hay varias chavalitas jugando encima de unas esterillas.
Son muy majos.
Mocos, como en todo el mundo.
Haciendo amigos.
Con un gran cuchillo pasa el rato.
Le enseño la foto en la pantalla, se ríe pero sigue a lo suyo.
Este chaval ya es mayor y le gusta eso de ponerse delante de la cámara.
Esta cría aparece por todos lados.
Es muy maja, curiosidad total, se pone ahí y no nos quita el ojo de encima, en qué hablarán estos tíos raros ...
No hay juguetes, pero tienen árboles para jugar.
Este crio era un "guindillas", no paraba para arriba y abajo.
Gracias a la pantalla de la foto acabamos siendo amigos, es una maravilla estar entre esta gente amable y sonriente, qué culpa tendrán de que este planeta esté lleno de tarados.
Nos despedimos sabiendo que no nos volveremos a ver nunca.
Pasamos por delante de la escuela.
De repente aparece toda la chavalería.
Algo nos dice ...
Pero sigue comiendo arroz.
Bordeamos el río Namngeen, hay bambús atados, me recuerdan a las almadías de mi tierra.
Nos alejamos de Nalan, dentro de poco desaparecerá entre los árboles.
Hay montón de mariposas, algunos se dejan "querer".
Nos volvemos a introducir en la selva.
Aunque hay zonas más abiertas pero muy pocas.
Y otras que con las lluvias no habrá dios que pase.
Zonas con el estrecho y resbaladizo sendero.
Nos tropezamos con una persona del pueblo, me sorprende el tamaño de sus manos.
No conocerá ni nada los recovecos de la selva.
Otra Pinpilinpauxa.
Hay lugares preciosos, rodeados de vegetación, humedad, calor ...
Al rato nos paramos en una especie de refugio con una mesa y unos bancos.
Uno de los guías prepara las cosas para la comida.
Verduritas, arroz, fruta ...
Seguimos nuestro sendero.
En al collado vemos lo que nos rodea, una gozada.
Y, al cabo de las horas, llegamos al final de la travesía, en el área protegida nacional de Nam Ha o Namha, en la provincia de Luang Namtha.
El principio, o final en nuestro caso, de la travesía de dos días.
Nos despedimos de los guías, gente maja, y, en furgoneta, volvemos a Huay Xai después de varias horas de recorrido.
Por la carretera paramos en un pequeño pueblo, aprovechamos para bebernos unas cervecitas, Beerlao, propia de Laos aunque la produce otra marca internacional de cervezas, que entran de maravilla.
Llegamos a Huay Xai a "las tantas", yo cansado y con ganas de una ducha, que fresquita !!!
Cenamos a gusto y encargamos bocadillos para comer mañana en el barco que serán unas horas.
Por fin he andado algo, que bien me ha sentado.
Mañana iremos en barco por el Mekong para llegar a Pak Beng, otra historieta muy interesante viendo como vive la gente a lo largo de este río.
Agur.