
Salimos de Sayaxché, aquí se puede comprar un ron de marvilla, asi que lo hacemos, algo habrá que llevar a Donosti ...
Aprovecho para despedirme de Maura y su hermano Yener, hablamos un ratillo, aunque es primera hora ya lleva un buen rato en el tienda.
Muy pronto se levanta. Les compro algo de fruta y una vela de colores.
Al ir a pagarle no tiene cambios y no me quiere cobrar el resto, le doy todo y se niega, al final le convenzo.
Chavala encantadora, que tenga suerte.
Pero lo que no sabia era que un aeropuerto me confiscarían la vela, cómo tiene "parafina" ... me dicen.
Cuando me lo comenta el funcionario, pienso que cómo se hace "no se qué" en pleno vuelo con una vela.
No se cuánto me "fastidió" dejarla allí con los recuerdos que me traían ... lo sienta Maura ...
Bueno, al final nos vamos de la selva y nos dirijimos otro lugar muy bonito: la isla de Flores.
Por la carretera ya no se ven montes, es todo liso y casi toda está en buen estado.
Hay controles fuertes pero a los buses de los turistas no paran.
Tambien veo mucho ganado vacuno.
Hacemos una paradita para pasar al calor y dirigirnos a una tiendita, me como un Pelulero de los que le compré a Maura, tiene mucha agua pero un poco soso ...
Por la carretera hay montón de puestos de frutas.
Haciendo "sus labores".
Desde el bus se ven distintas tiendas.
Neumáticos de todo tipo.
Al cabo de dos horas y una paradita llegamos a Flores. Montón de calor.
La isla de Flores está en el lago Peten Itzá en el departamento de Peten.
Antiguamente los nativos le llamaban "Tasayal" pero los conquistadores españoles la destruyeron en siglo XVI al no poder convertir a los indígenas al cristianismo, me pregunto porqué hay que convertir a alguien en algo que no quiere y no molesta ...
la ciudad estuvo abandonada hasta el XVIII cuando se le cambió el nombre por un lider guatemalteco llamado Cirilo Flores.Llegamos al hotelito, muy majo.
Me asomé al balcón.
Con piscina y todo.
Había que dar unas vueltas por el pueblo.
Con el conductor, Alfredo, contándonos cosas.
Las casa son de madera y están pintadas de vivos colores, un pueblo muy pintoresco.
Apareció un precioso pajarito: una Jacaña Norteña.
Iba detrás de él mientras le sacaba alguna foto.
Mostrando sus encantos.
Al final se fué y volví a "mi rollo", seguir viendo. Casas de múltiples colores.
Ibamos a la plaza de la iglesia.
La plaza de la iglesia en un lugar muy agradable, debajo de los arboles para estar un ratillo.
Se junta gente que parece que hacen ofrendas.
Se ven casitas de juguete en la orilla del lago.
El kiosko de la plaza para hacer bailes.
En este bonito rincón hay un chiringuito para comer algo y beber unas cervecitas frescas.
En ello estábamos, en lo de la cervecita, cuando empezamos a hablar con Héctor, nos contó muchas cosas.
Él habla Qéqkchi.
Cuenta todos los estragos que están haciendo las multinacionales, envenenando rios, las zanahorias tan enormes que vimos en las "Fuentes Georginas" son a base de fertilizantes y saturación de la tierra.
No hay leyes sobre ésto y las multas que les ponen son irrisorias por lo que hacen lo que quieren.
Después de estar un agradable rato hablando seguimos callejeando.
Si hay una avería pobre el técnico que la tenga que arreglar revisando cables ...
Casas de otros colorines.
Hay monton de tiendas, es una ciudad muy turística pero muy agradable.
Aunque a esas horas de la tarde poca gente hay, salen más tarde.
Muy bonito.
Es todo totalmente distinto a lo que habíamos visto hasta ahora.
Los anocheceres son expectáculares, siempre que los puedas ver y no esté nublado.
Seguía deambulando por el pueblo.
Tres en una moto, no está mal...
Más colorines.
Al fondo el lago de Petén Itzá.
Un Pick up.
Paseando por las orillas llegamos a un puente para pasar a Santa Elena, unos grandes almacenes y cosas de ésas.
Mientras, algún txiringito para cenar.
Pasar a Santa Elena, montón de ruido, nada, media vuelta.
Tranquilidad.
A pasear y ver más cosas.
Una garza.
Y unos plátanos en su palmera.
Una bonita taberna, cervecita ? pués ya no me acuerdo ...
Ya de vuelta a la isla, empieza a anochecer.
Muchas barcazas están ya sin trabajo.
Mientras otras siguen yendo de un lado para otro.
Sentado, tranquilamente.
De repente, oimos musica de orquesta, nos acercamos.
Ahi están, marimba, contrabajo, batería ... en fin ... sin comentarios ...
Al atardecer y, casi sin darnos cuenta, el paseo se llena de gente y chiringuitos.
Y el sol nos sigue dando unos colores muy bonitos.
Se montan montón de puestitos donde puedes comprar cosas para comer, yo no pedía, les decía que me pusiesen lo que quisieran en las tortas de pan y todo estaba estupendo, pero cuidado, con menos picante de lo que querían echar.
Mientras me comía lo que me habían dado, muy rico, seguia viendo los reflejos.
Al mismo tiempo que se oía todo el jaleo de la gente.
El ruido de las motos ...
... de los coches ...pero allí estaba la luna.
Y cómo dijo Confucio, que era un chino muy listo: "Si no puedes derrotar al enemigo únete a él", y si no lo dijo él, lo dijo otro también muy listo, éso hicimos.
Bebernos unas cervecitas en un bar, hasta las puedes pedir de una vez en un bote con hielos.
Lo de la música que ponían en los bares ... bueno ... en fin ...
Y cómo el barquero dice:
Agur.